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22 de abril de 2025 a las 05:15

UAM Azcapotzalco en paro indefinido

La tarde del 21 de abril de 2025 quedará marcada en la historia de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Un grupo de estudiantes, tras una asamblea multitudinaria y vibrante, decidió tomar las instalaciones y declarar un paro indefinido. El eco de sus voces resonó en los pasillos, un clamor que exige ser escuchado. La UAM, en un comunicado oficial, ha expresado su disposición al diálogo, un diálogo que, según la comunidad estudiantil, se ha postergado por demasiado tiempo. La chispa que encendió la llama de la protesta es un conjunto de demandas que, a ojos de los estudiantes, han sido sistemáticamente ignoradas.

Más allá del comunicado oficial, se percibe una profunda preocupación en el alumnado. No se trata simplemente de una protesta aislada, sino del reflejo de un malestar latente que ha ido creciendo con el tiempo. Las paredes de la UAM Azcapotzalco parecen susurrar historias de infraestructuras deterioradas, de aulas insuficientes, de laboratorios con equipo obsoleto. Un escenario que contrasta con la excelencia académica que la institución se esfuerza por mantener.

La seguridad, un tema crucial en cualquier espacio educativo, se ha convertido en otro punto de fricción. El nuevo instructivo de seguridad, aprobado por el Consejo Académico, ha generado una oleada de críticas. Los estudiantes lo perciben como una amenaza a sus derechos fundamentales, una herramienta que podría utilizarse para coartar la libertad de expresión y criminalizar la protesta. Artículos que prohíben acciones como fumar, usar vapeadores o realizar pintas son vistos como restricciones excesivas que limitan la libre expresión y el derecho a manifestarse. ¿Acaso el control se ha impuesto sobre el diálogo? ¿Se está priorizando la imagen por encima del bienestar estudiantil? Estas son algunas de las preguntas que flotan en el aire.

La violencia de género, una lacra que afecta a todas las esferas de la sociedad, también ha encontrado su eco en este paro. Las estudiantes exigen medidas concretas para prevenir y erradicar el acoso y la violencia dentro del campus. Protocolos claros, sanciones ejemplares y un ambiente de respeto son las bases de una convivencia sana y segura. No se trata solo de palabras, sino de acciones que demuestren un compromiso real con la seguridad y la integridad de las mujeres.

La salud mental, un tema a menudo invisibilizado, también forma parte del pliego petitorio. La presión académica, la incertidumbre del futuro y las dificultades económicas generan un cóctel explosivo que puede afectar el bienestar emocional de los estudiantes. Se exige a la institución un mayor apoyo psicológico, programas de atención y espacios de escucha que permitan abordar estas problemáticas de forma integral.

El paro indefinido en la UAM Azcapotzalco es un llamado a la reflexión, una invitación a construir un futuro mejor para la comunidad universitaria. El diálogo, el respeto y la escucha atenta son las herramientas clave para encontrar soluciones y construir puentes entre las diferentes posturas. La UAM, como institución comprometida con la formación integral de sus estudiantes, tiene la oportunidad de convertir esta crisis en una oportunidad de crecimiento y transformación. El tiempo dirá si se escuchan las voces que hoy resuenan en sus pasillos. Mientras tanto, la comunidad estudiantil se mantiene firme en su demanda de un futuro más justo y equitativo.

Fuente: El Heraldo de México