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23 de abril de 2025 a las 02:00

¿Quién es Angelo Becciu? El cardenal caído en desgracia

La sombra de la duda se cierne sobre los muros vaticanos. A pocas horas del inicio del crucial cónclave que definirá el futuro de la Iglesia Católica, una controversia sacude la calma precaria: el derecho a voto del cardenal Angelo Becciu. Ciento treinta y cinco electores, proclama la Sala de Prensa Oficial. Ciento treinta y seis, replica con firmeza Becciu, un hombre envuelto en la tormenta de un escándalo financiero que ha resonado en los pasillos del poder eclesiástico. Su voz, silenciada por la condena y la destitución, se alza ahora reclamando un derecho que considera inalienable.

La historia de Becciu es un relato intrincado de ascenso y caída, de poder e infamia. Antaño Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, cargo de inmensa influencia, hoy se encuentra marcado por la sentencia de un tribunal vaticano. La compra de un lujoso edificio en Londres, una operación que desató una cascada de revelaciones sobre manejos turbios de las finanzas vaticanas, se convirtió en su perdición. Ciento treinta y nueve millones de euros, una cifra que resonó como un trueno en la Santa Sede y que puso al descubierto las grietas en un sistema que el Papa Francisco se propuso sanear.

Becciu argumenta que su exclusión del cónclave se basa en una simple nota de prensa, carente de la formalidad que exige un acto de tal trascendencia. Apela a la memoria del difunto pontífice, evocando un supuesto reconocimiento de sus prerrogativas cardenalicias durante el último consistorio. Una declaración que choca frontalmente con la información oficial, que lo clasifica como cardenal no elector. ¿Un malentendido? ¿Una interpretación interesada? La verdad se diluye entre las versiones contradictorias, alimentando la incertidumbre y la especulación.

El caso Becciu trasciende la disputa individual. Se convierte en un símbolo de las tensiones internas que atraviesan la Iglesia, de la lucha por el poder y la influencia en un momento de especial vulnerabilidad. Su insistencia en participar en el cónclave no es solo una cuestión de derecho, sino también una reivindicación de su inocencia, un desafío a la autoridad que lo condenó.

Mientras los cardenales se preparan para entrar en la Capilla Sixtina, la figura de Becciu se proyecta como una larga sombra sobre el proceso. Su presencia, real o virtual, interroga a la conciencia de la Iglesia. ¿Prevalecerá la letra fría de la ley o la búsqueda de una justicia más profunda? ¿Será escuchado el clamor de un hombre que se aferra a sus derechos o se impondrá la razón de Estado? El cónclave, que debe elegir al sucesor de Pedro, se enfrenta a un dilema inesperado, una prueba de fuego que pondrá a prueba la solidez de sus cimientos. El futuro del Vaticano se escribe ahora, entre las líneas de un conflicto que apenas comienza. Y el mundo observa, expectante, el desarrollo de este drama que se desarrolla a la sombra de la cúpula de San Pedro.

Fuente: El Heraldo de México