
22 de abril de 2025 a las 04:00
¡Peligro en las ciclovías!
La creciente popularidad de los patines eléctricos en Guadalajara ha traído consigo una serie de desafíos en materia de seguridad vial, especialmente en el uso de las ciclovías. Si bien se presentan como una alternativa de movilidad práctica y ecológica, la falta de regulación y la irresponsabilidad de algunos usuarios están poniendo en riesgo la integridad de ciclistas y peatones. Vecinos y usuarios habituales de las ciclovías han alzado la voz, exigiendo a las autoridades mayor control y vigilancia ante el incremento de incidentes relacionados con estos vehículos. La preocupación principal radica en el exceso de velocidad. Mientras la normativa establece un límite de 25 km/h para los patines eléctricos dentro de las ciclovías, es frecuente observar a usuarios que superan ampliamente este límite, llegando incluso a los 50 km/h, convirtiendo estos carriles, pensados para la movilidad sostenible y segura, en auténticas pistas de carreras. Los domingos, día de mayor afluencia en las ciclovías, la situación se agrava. La convivencia entre ciclistas, peatones y usuarios de patines eléctricos se vuelve caótica, incrementando el riesgo de accidentes. Las familias que acuden a disfrutar del espacio público se ven expuestas a una situación de peligro constante, obligadas a esquivar patines que circulan a velocidades desproporcionadas.
La Ley de Movilidad, Seguridad Vial y Transporte Público de 2025 es clara: las ciclovías son de uso exclusivo para bicicletas tradicionales, patines convencionales y similares. Los vehículos eléctricos, como los patines, están sujetos a una restricción de potencia de 250W y una velocidad máxima de 25 km/h. Sin embargo, la realidad dista mucho de la normativa. La venta indiscriminada de patines eléctricos que alcanzan velocidades de hasta 60 km/h, el triple del límite permitido, evidencia la falta de control y la necesidad de una mayor fiscalización por parte de las autoridades. Esta situación no solo pone en riesgo la seguridad de los usuarios de las ciclovías, sino que también genera un clima de tensión e inseguridad entre los ciudadanos.
Es fundamental entender la diferencia entre los distintos tipos de scooters. El scooter eléctrico, comúnmente conocido como patín del diablo, es un vehículo ligero y ágil, ideal para trayectos cortos. Su velocidad promedio oscila entre los 20 y 30 km/h, y su autonomía, dependiendo del modelo, permite recorrer entre 15 y 40 km con una sola carga. Su uso responsable y dentro de los límites establecidos lo convierte en una alternativa de movilidad sostenible y eficiente. Por otro lado, el scooter de motor, siendo una motocicleta pequeña, requiere una licencia de conducir y debe circular por las vías destinadas a este tipo de vehículos. Su potencia y velocidad son considerablemente mayores, por lo que su uso en ciclovías está terminantemente prohibido.
La solución a esta problemática requiere un enfoque multifacético. Por un lado, es imprescindible intensificar la vigilancia en las ciclovías, sancionando a aquellos usuarios que incumplan la normativa. Asimismo, es necesario regular la venta de patines eléctricos, asegurando que los modelos comercializados cumplan con los límites de velocidad y potencia establecidos por la ley. Finalmente, se debe impulsar una campaña de concienciación ciudadana que promueva el uso responsable de estos vehículos, fomentando el respeto a las normas de tráfico y la convivencia pacífica entre todos los usuarios de la vía pública. Solo a través de la colaboración entre autoridades, comercios y ciudadanos podremos garantizar una movilidad segura y sostenible para todos.
Fuente: El Heraldo de México