
22 de abril de 2025 a las 21:50
México: ¿Recesión o crecimiento?
La economía mexicana se encuentra en el ojo del huracán, generando un intenso debate entre las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), las previsiones del gobierno de Claudia Sheinbaum y el pesimismo del sector privado. El FMI ha lanzado un dardo envenenado al pronosticar una contracción del 0.3% del PIB para este año, una cifra que contrasta fuertemente con la expectativa de crecimiento del 2% para América Latina en su conjunto. Esta previsión, según el organismo internacional, se fundamenta en el impacto negativo de los aranceles impuestos por la administración Trump, una sombra que se cierne sobre el futuro económico del país.
Ante este panorama sombrío, el gobierno mexicano ha respondido con firmeza, rechazando el pronóstico del FMI y asegurando contar con un plan sólido para sostener la economía. La presidenta Sheinbaum ha reiterado su confianza en el Plan México, una iniciativa conjunta con el sector privado que busca impulsar la inversión, el abastecimiento y el consumo local. Este plan, según la mandataria, será la clave para contrarrestar las presiones externas y mantener el rumbo del crecimiento económico.
Sin embargo, la realidad es compleja y las voces discordantes no se han hecho esperar. Analistas privados, como el banco Banamex, pintan un escenario aún más pesimista, anticipando un estancamiento total de la economía mexicana para este año. Esta divergencia de opiniones pone de manifiesto la incertidumbre que reina en el ambiente económico, generando inquietud entre inversionistas y ciudadanos.
El fantasma de los aranceles impuestos por Estados Unidos, principal socio comercial de México, sigue acechando a la economía nacional. Si bien el T-MEC excluye a la mayoría de los bienes mexicanos de estos gravámenes, sectores clave como la industria siderúrgica y la automotriz han sufrido un impacto directo. Esta situación genera una vulnerabilidad que podría agravarse si las tensiones comerciales entre ambos países se intensifican.
La pregunta que todos se hacen es: ¿quién tiene la razón? ¿El FMI con su pronóstico de contracción? ¿El gobierno con su optimismo basado en el Plan México? ¿O los analistas privados con su visión más pesimista? El tiempo será el juez final, pero lo cierto es que la economía mexicana se encuentra en una encrucijada, enfrentando desafíos importantes que requieren de decisiones acertadas y una gestión eficiente de los recursos.
Es fundamental que el gobierno mexicano implemente medidas concretas para fortalecer la economía y mitigar los riesgos externos. La diversificación de mercados, la promoción de la innovación y el fortalecimiento del mercado interno son algunas de las estrategias que podrían ayudar a capear el temporal. Además, es crucial mantener un diálogo abierto y constructivo con el sector privado para generar confianza y atraer inversiones.
El futuro de la economía mexicana dependerá, en gran medida, de la capacidad del gobierno para generar un clima de estabilidad y certidumbre. La situación actual exige un liderazgo firme y una visión a largo plazo que permita al país sortear las dificultades y retomar la senda del crecimiento sostenible. Solo así se podrá garantizar el bienestar de los mexicanos y consolidar la posición de México como una de las principales economías de América Latina.
Fuente: El Heraldo de México