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22 de abril de 2025 a las 05:40

La salud del Papa: ¿Trabajar hasta el límite?

La incansable labor pastoral del Papa Francisco, incluso en sus últimos días, ha conmovido al mundo entero. A pesar del grave cuadro de neumonía que lo aquejó y las recomendaciones médicas de reposo absoluto durante dos meses, el Santo Padre continuó ejerciendo su ministerio con una dedicación admirable, demostrando una fortaleza espiritual que trascendió las limitaciones físicas. Su entrega a la grey católica, compuesta por más de 1.400 millones de fieles, se mantuvo inquebrantable hasta el final.

Las semanas de hospitalización fueron un período de intensa lucha contra las complicaciones respiratorias que pusieron en serio riesgo su vida. Fuentes cercanas al Vaticano revelaron la gravedad de su estado, señalando momentos críticos que generaron profunda preocupación. Sin embargo, el Papa Francisco, con una resiliencia asombrosa, logró recuperarse notablemente y ser dado de alta el 23 de marzo. Aunque la recomendación médica seguía siendo la de un reposo prolongado, él optó por retomar sus actividades pastorales de forma gradual, equilibrando la convalecencia con sus responsabilidades espirituales.

A pesar de recibir atención médica continua, incluyendo oxígeno y ventilación no invasiva, su salud se deterioró progresivamente hasta el desenlace fatal del lunes 21 de abril, a causa de un derrame cerebral y un paro cardiorespiratorio irreversible.

La imagen del Papa Francisco en el "papamóvil" durante el Domingo de Pascua quedará grabada en la memoria colectiva como un testimonio de su inagotable entrega. Su aparición en la Plaza de San Pedro, ante una multitud de más de 35.000 personas, fue una muestra palpable de su compromiso con la fe y la esperanza, un mensaje silencioso de perseverancia y amor. Fue, además, su primera aparición pública prolongada desde febrero, un signo inequívoco de que, a pesar de la fragilidad de su salud, su espíritu permanecía inquebrantable.

En aquella ocasión, el Papa Francisco, con voz debilitada pero llena de fervor, deseaó una feliz Pascua a los presentes. A través de un asistente, transmitió un mensaje de paz al mundo, instando a un alto al fuego en Gaza y la liberación de rehenes por parte de Hamás. Condenó también el creciente antisemitismo, recordando la importancia del respeto y la tolerancia entre las diferentes culturas y religiones.

Ese mismo día, recibió a líderes internacionales como el vicepresidente estadounidense JD Vance y al primer ministro croata Andrej Plenkovic, quienes destacaron la fuerza espiritual y la calidez humana del pontífice, incluso en un estado evidente de debilidad física. Las palabras de Vance en redes sociales, expresando su alegría por haberlo visto a pesar de su grave estado de salud, reflejan la profunda admiración que despertaba el Papa Francisco. Plenkovic, por su parte, calificó el encuentro como “profundamente conmovedor”.

El testimonio del Cardenal Michael Czerny, uno de los colaboradores más cercanos del Papa, arroja luz sobre la actitud del Santo Padre ante la enfermedad. Czerny afirma que Francisco no se estaba forzando irresponsablemente, sino que buscaba un equilibrio entre la necesidad de reposo y su deber como obispo de Roma, convencido de que el descanso absoluto no cura. Para Czerny, el Papa Francisco se mantuvo fiel a su prédica de que los obispos deben estar cerca de su rebaño, "Murió con el olor de las ovejas en él”, expresó metafóricamente, resaltando la profunda conexión del Papa con sus fieles. La vida y obra del Papa Francisco nos dejan un legado invaluable de humildad, compasión y entrega al servicio de los demás. Su ejemplo de perseverancia y amor al prójimo seguirá inspirando a generaciones futuras.

Fuente: El Heraldo de México