Jalisco se consolida como un gigante del turismo nacional, superando expectativas en Semana Santa. Las playas doradas de Puerto Vallarta, la vibrante cultura de Guadalajara y la mística serenidad de sus pueblos mágicos han atraído a una oleada de visitantes, reafirmando el poderío turístico del estado. Los números hablan por sí solos: 1.8 millones de turistas en tan solo la primera semana del periodo vacacional, un 4% más que el año anterior, inyectando una impresionante suma de 4 mil 347 millones de pesos a la economía local. Este logro no es fruto de la casualidad, sino de una estrategia enfocada en diversificar la oferta, desde experiencias de lujo en la costa hasta la inmersión en la tradición de sus pueblos mágicos.

Puerto Vallarta, joya de la corona del turismo jalisciense, ha brillado con una ocupación hotelera que roza el 95% en sus días pico. Imaginen las animadas calles, el murmullo de las olas, la alegría de las familias disfrutando del sol y la arena. Un escenario que se repite en otros rincones del estado, desde la Costa Alegre hasta los pintorescos pueblos mágicos, cada uno con su encanto particular.

Más allá del sol y playa, Jalisco ofrece una experiencia cultural y espiritual única. La riqueza arquitectónica de Guadalajara, su vibrante escena artística y su exquisita gastronomía, atraen a un público ávido de nuevas experiencias. Y para quienes buscan la paz interior, los pueblos mágicos como Talpa de Allende y Lagos de Moreno se convierten en santuarios de fe, recibiendo a peregrinos de todo el país, especialmente durante la Semana Santa. Este turismo religioso, arraigado en la tradición y la devoción, ha experimentado un crecimiento notable, demostrando la diversidad del atractivo jalisciense.

A pesar de los retos que ha enfrentado el estado en materia de seguridad, el turismo se mantiene firme, un testimonio de la resiliencia y el compromiso de Jalisco por ofrecer un entorno seguro para sus visitantes. El turismo no es solo un sector económico clave, representando el 9.2% del PIB estatal, sino un motor de bienestar para las familias jaliscienses. Es una fuente de empleo, de desarrollo y de orgullo, que posiciona a Jalisco como el tercer destino turístico a nivel nacional.

El éxito de esta temporada vacacional no es un punto de llegada, sino un impulso para seguir trabajando. La Secretaría de Turismo, liderada por Michelle Fridman Hirsch, se mantiene vigilante, analizando las cifras y afinando estrategias para consolidar a Jalisco como un referente turístico a nivel internacional. La apuesta es clara: ofrecer experiencias auténticas, promover la riqueza cultural y natural del estado, y garantizar la seguridad de cada visitante. El futuro del turismo en Jalisco se vislumbra brillante, con un potencial inmenso para seguir creciendo y sorprendiendo al mundo.