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22 de abril de 2025 a las 23:10

Impuestos a bancos: ¿Sheinbaum lo confirma?

La reciente declaración de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la no imposición de nuevos impuestos a las ganancias de la banca ha generado un intenso debate en el sector financiero mexicano. Desde Palacio Nacional, durante la tradicional "Mañanera del Pueblo", Sheinbaum aseguró que su gobierno no contempla, al menos por el momento, gravar con impuestos adicionales las utilidades de las instituciones bancarias. Sin embargo, la mandataria no dejó pasar la oportunidad para lanzar un llamado a la banca: la necesidad imperante de reducir las tasas de interés.

Esta exhortación, que si bien no reviste carácter obligatorio, pone de manifiesto la preocupación del gobierno por el acceso al crédito, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), consideradas un motor fundamental para el crecimiento económico del país. Sheinbaum argumentó que una disminución en las tasas de interés, siguiendo el ejemplo del Banco de México, inyectaría dinamismo a la economía al facilitar la obtención de financiamiento, permitiendo a las PyMEs invertir, crecer y generar empleos. Este sector, a menudo relegado por las altas tasas y los complejos requisitos de acceso al crédito, podría encontrar un respiro y contribuir de manera más significativa al desarrollo nacional.

La presidenta no se limitó a expresar su deseo de ver una reducción en las tasas. Fue más allá al instruir al nuevo titular de Hacienda, Edgar Amador, a iniciar un diálogo constructivo con la banca comercial y de desarrollo. Este diálogo, según lo expresado por Sheinbaum, tiene como objetivo central la formalización de propuestas concretas que conduzcan a una efectiva disminución de las tasas de interés. Se espera que este acercamiento entre el gobierno y el sector financiero genere un espacio de entendimiento y colaboración en beneficio de la economía nacional.

Detrás de la decisión de no imponer nuevos impuestos a la banca, se vislumbran tres razones fundamentales que podrían explicar la estrategia del gobierno. En primer lugar, se busca fomentar un clima de confianza y estabilidad en el sector financiero, evitando medidas que pudieran ser percibidas como hostiles por parte de las instituciones bancarias. En segundo término, se pretende incentivar la inversión y el crecimiento económico a través de un acceso más fluido al crédito. Y, por último, se aspira a construir una economía más inclusiva, donde las PyMEs tengan un papel protagónico y puedan competir en igualdad de condiciones.

La reiterada insistencia de la presidenta en la necesidad de bajar las tasas de interés, junto con la garantía de no imponer nuevos gravámenes a las ganancias de la banca, configura un escenario complejo y desafiante para el sector financiero. Si bien se les ofrece la tranquilidad de no enfrentar nuevas cargas impositivas, se les exige, al mismo tiempo, un compromiso tangible con el desarrollo económico del país a través de la reducción de las tasas de interés. El futuro próximo revelará si este llamado al diálogo y la colaboración se traduce en resultados concretos que beneficien a la economía mexicana en su conjunto. La expectativa está puesta en la respuesta de la banca y en la capacidad del gobierno para generar las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible e inclusivo.

Fuente: El Heraldo de México