
22 de abril de 2025 a las 10:35
El Último Adiós a Francisco
El mundo llora la partida de un líder excepcional, un pastor que supo guiar a su rebaño con humildad y valentía. La figura de Francesco, el primer Papa latinoamericano, trascendió las barreras del Vaticano para abrazar las causas de los más vulnerables, dejando una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica y de la humanidad. Su mensaje resonó con fuerza en un mundo sediento de justicia y paz, convirtiéndolo en un faro de esperanza en tiempos turbulentos.
Su elección en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, marcó un punto de inflexión. El Cardenal Bergoglio, conocido por su sencillez y compromiso social en Argentina, adoptó el nombre de Francesco, un claro homenaje al santo de Asís, y desde ese momento, su pontificado se caracterizó por una profunda cercanía con los pobres, los marginados y los olvidados. Rechazó los lujos del Palacio Apostólico, optando por la modestia de la residencia de Santa Martha, un gesto simbólico que reflejaba su visión de una Iglesia al servicio de los demás.
Su legado doctrinal, plasmado en encíclicas y exhortaciones, es un testimonio de su compromiso con la justicia social, la protección del medio ambiente y la fraternidad universal. Lumen Fidei, Evangelii Gaudium, Laudato Si, Laudate Deum, Fratelli Tutti, son algunos de los títulos que recogen su pensamiento y que seguirán inspirando a generaciones futuras. En ellas, Francesco nos instó a construir un mundo más justo, a cuidar de nuestra casa común y a tender puentes de diálogo entre las diferentes culturas y religiones.
Su preocupación por el cambio climático lo llevó a interpelar a los líderes mundiales, exhortándolos a tomar medidas urgentes para proteger el planeta. Su voz se alzó con firmeza en defensa de los migrantes, reclamando un trato digno y humano para quienes se ven obligados a abandonar sus hogares en busca de un futuro mejor. Condenó la violencia y la guerra, haciendo un llamado constante a la paz y la reconciliación, incluso en sus últimos días, con un emotivo mensaje por la paz en Ucrania, Gaza, Palestina e Israel.
Sus viajes apostólicos, que lo llevaron a 66 países, incluyendo México, fueron una muestra tangible de su cercanía con los pueblos del mundo. Su visita a Chiapas, Chihuahua, el Estado de México y Michoacán, refleja su especial atención a las comunidades indígenas, escuchando sus voces y reconociendo su riqueza cultural.
La diplomacia vaticana, durante su pontificado, encontró puntos de convergencia con diversos países, incluyendo México, en temas cruciales como la protección de los migrantes, el desarme nuclear, la defensa del medio ambiente y la lucha contra el hambre.
La partida de Francesco deja un vacío inmenso, pero también una profunda inspiración. Su ejemplo de humildad, su compromiso con los más necesitados y su llamado a la fraternidad universal permanecerán como un legado imperecedero. Su voz, que resonó con fuerza en los foros internacionales y en los corazones de millones de personas, seguirá guiándonos en el camino hacia un mundo más justo y solidario. Como él mismo pedía, recemos por su eterno descanso y sigamos su ejemplo de amor y servicio a los demás.
Fuente: El Heraldo de México