
22 de abril de 2025 a las 12:45
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Imaginen un México donde la creatividad florece desde la más tierna infancia, donde el arte se convierte en un puente para la reconstrucción del tejido social y donde las voces de niños, niñas y adolescentes, sin importar su contexto, son escuchadas y valoradas. Este es el México que Alas y Raíces, de la Secretaría de Cultura, está construyendo a través de los Laboratorios Lúdicos de Artes.
Desde hace 29 años, Alas y Raíces ha trabajado incansablemente para garantizar los derechos culturales de las infancias y adolescencias en México. Con los Laboratorios Lúdicos de Artes, se da un paso más allá, creando espacios seguros y enriquecedores para aquellos que viven en contextos adversos: casas de refugio, albergues, comunidades indígenas, centros de readaptación, y zonas marcadas por la violencia, entre otros. Estos laboratorios se convierten en oasis de creatividad, donde el arte se transforma en una herramienta de sanación, expresión y empoderamiento.
A través de talleres y laboratorios de proceso, los participantes exploran diversos lenguajes artísticos, desde la música y la danza hasta las artes visuales y la literatura. No se trata simplemente de aprender una técnica, sino de descubrir el poder transformador del arte, de encontrar un canal para expresar sus emociones, sus sueños y sus preocupaciones. Se busca que cada niño, niña y adolescente se reconozca como un agente de cambio, capaz de transformar su realidad a través de la creatividad.
El enfoque comunitario es fundamental en este proyecto. Se trabaja en estrecha colaboración con las comunidades, involucrando a familias, educadores y líderes locales. De esta manera, se fortalece el tejido social y se crea un ambiente propicio para el desarrollo integral de las infancias y adolescencias. La participación de UNICEF y SIPINNA refuerza el compromiso con la protección y el bienestar de los participantes.
Desde 2019, este proyecto ha evolucionado y crecido, pasando de invitaciones directas a convocatorias abiertas a nivel nacional. Cada año, se seleccionan entre 45 y 65 propuestas, provenientes de todos los rincones del país, demostrando la riqueza y diversidad cultural de México. Un riguroso proceso de selección, a cargo de un comité especializado, garantiza la calidad y el impacto de cada laboratorio.
Los Laboratorios Lúdicos de Artes se dividen en dos categorías: "Brotes", para bebés de 0 a 5 años, e "Identidades y reconstrucción de las memorias", para niños, niñas y adolescentes de 6 a 17 años. Esta segmentación permite adaptar las actividades a las necesidades e intereses de cada grupo etario, asegurando una experiencia significativa y enriquecedora para todos.
La implementación de cada laboratorio es un viaje de descubrimiento, con una duración de 25 a 27 horas, distribuidas en sesiones a lo largo de 3 a 4 meses. Durante este tiempo, los participantes se sumergen en un proceso de experimentación lúdica y creativa, donde el juego, la curiosidad y el pensamiento crítico son los protagonistas. El cuerpo se convierte en un instrumento de expresión, un vehículo para interactuar con el mundo y con los demás.
Más allá de los beneficios individuales, los Laboratorios Lúdicos de Artes tienen un impacto profundo en las comunidades. Se convierten en espacios de encuentro, donde se construyen lazos de solidaridad y se promueve la cultura de paz. Los participantes aprenden a escucharse, a respetarse y a valorar la diversidad. Se les brinda la oportunidad de resignificar su entorno, de transformar los espacios que habitan en lugares más amigables y acogedores.
En definitiva, los Laboratorios Lúdicos de Artes son un testimonio del poder transformador del arte y la cultura. Son una apuesta por un futuro donde las infancias y adolescencias de México tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial creativo y de construir un país más justo, inclusivo y pacífico. Una invitación a soñar, a crear y a transformar la realidad a través del arte.
Fuente: El Heraldo de México