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22 de abril de 2025 a las 06:00

Doble crimen pasional conmociona [ciudad/país]

La tragedia ha teñido de luto a la comunidad Cruz Obispo en San Juan Chamula, Chiapas. Un doble feminicidio, con el trasfondo de una pasión desbordada y convertida en violencia, ha conmocionado a la sociedad. Las víctimas, dos hermanas, Rosa Valeria de 18 años y una menor de tan solo 14, fueron brutalmente asesinadas. La mayor, con un impacto de bala en la cabeza, y la menor, con dos impactos en el rostro. Un acto de barbarie que nos obliga a reflexionar sobre la persistencia de la violencia de género en nuestro país.

El presunto responsable, Vicente “N”, esposo de Rosa Valeria, fue detenido en Villahermosa, Tabasco, lejos del escenario del crimen, quizás intentando escapar de la justicia y del peso de su atroz acto. La Fiscalía General del Estado, encabezada por Jorge Llaven, ha confirmado la detención y su próximo traslado a Chiapas para enfrentar las consecuencias de sus actos. Las autoridades han reconstruido los hechos, señalando un posible móvil pasional. Celos, una discusión acalorada, y la furia desatada, parecen ser los detonantes de esta tragedia. La menor, testigo involuntaria del crimen, habría sido silenciada para evitar la denuncia. Un acto que agrava aún más la crueldad del feminicida.

La investigación, llevada a cabo con celeridad y precisión, ha permitido ubicar el vehículo utilizado por Vicente “N” el día del feminicidio. Diversos cateos han resultado en el hallazgo de un arma calibre 9 milímetros, presuntamente utilizada en el crimen, así como otras armas largas y cortas que han sido aseguradas. Estos hallazgos plantean interrogantes sobre el perfil del presunto feminicida y la posible existencia de antecedentes violentos.

El Fiscal Llaven ha descartado la posibilidad de un secuestro o levantón. Las hermanas conocían a su victimario, lo que añade otra capa de complejidad y dolor a este caso. La confianza traicionada, la violencia ejercida por alguien cercano, son elementos que profundizan las heridas de la comunidad y la familia. El lugar del crimen, un camino de terracería cercano a la vivienda del presunto feminicida, se convierte en un símbolo de la vulnerabilidad y la inseguridad que enfrentan muchas mujeres en nuestro país.

Las autoridades chiapanecas se han comprometido a que este caso no quede impune. A pesar de tratarse de un municipio con usos y costumbres arraigados, la justicia debe prevalecer. El mensaje es claro: ningún delito, y mucho menos un feminicidio, quedará sin castigo. Hasta el momento, no se han encontrado vínculos del presunto feminicida con el crimen organizado, lo que centra la atención en la violencia de género como la raíz de esta tragedia.

Este doble feminicidio nos conmueve y nos llama a la acción. Es un recordatorio urgente de la necesidad de redoblar esfuerzos en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres. Debemos construir una sociedad donde la vida de las mujeres sea valorada y protegida, donde la justicia sea una realidad y no una promesa incumplida. El dolor de San Juan Chamula es el dolor de todo México, y nos exige actuar con firmeza y determinación para que ninguna mujer más sea víctima de la violencia.

Fuente: El Heraldo de México