La imprudencia al volante ha vuelto a teñir de tragedia las carreteras de Tenerife. El pasado jueves, la TF-5, una de las arterias principales de la isla, se convirtió en escenario de un aparatoso accidente que dejó un saldo de seis heridos y kilómetros de atasco. Las imágenes, captadas por una testigo y rápidamente viralizadas en redes sociales, muestran la secuencia completa del siniestro: un BMW M2 blanco zigzagueando entre vehículos, realizando adelantamientos temerarios y finalmente, impactando violentamente contra otros dos coches, dejando a uno de ellos suspendido en el aire. El impacto, brutal, recuerda la fragilidad de la vida al volante y la importancia de la responsabilidad al conducir.

Más allá del impacto visual, las consecuencias humanas son las que realmente preocupan. Un hombre de 30 años se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Universitario de Canarias con traumatismos graves, mientras que otras cinco personas sufrieron heridas de diversa consideración. Tras el choque, los bomberos del Consorcio de Tenerife tuvieron que intervenir para liberar a tres personas atrapadas entre los hierros retorcidos de uno de los vehículos. La escena, sin duda, quedará grabada en la memoria de todos los presentes.

La rápida actuación del CECOES 1-1-2 y del Servicio de Urgencias Canario (SUC) fue crucial para atender a los heridos. Mientras, el personal de mantenimiento de carreteras trabajaba a contrarreloj para despejar la vía y restablecer el tráfico, que se vio interrumpido durante horas, generando un monumental atasco que afectó a cientos de conductores. El caos y la incertidumbre reinaron en la TF-5 durante horas, un recordatorio de cómo un acto irresponsable puede afectar la vida de tantas personas.

Pero la historia no termina aquí. Tras el impacto, el conductor del BMW M2, causante del accidente, abandonó el vehículo y huyó a pie, dejando tras de sí un escenario de destrucción y dolor. Testigos presenciales, incluyendo la autora del video, corroboraron la huida, lo que ha generado una ola de indignación en la isla. La Guardia Civil, que ya investiga el caso, ha identificado al conductor, y el video grabado por la testigo forma parte del expediente policial. La justicia deberá ahora determinar las responsabilidades y las consecuencias que deberá afrontar.

Este accidente no es un hecho aislado. El BMW M2 blanco, implicado en el siniestro, es conocido en la zona por su participación en actividades de drifting, una práctica ilegal en vías públicas que consiste en realizar derrapes controlados. El drifting, originario de Japón, es una disciplina deportiva que se practica en circuitos cerrados, pero su ejecución en carreteras abiertas pone en grave peligro la seguridad de conductores y peatones.

En Tenerife, los vecinos llevan años denunciando la presencia de vehículos que practican drifting y carreras ilegales, especialmente en horarios nocturnos. El ruido y el peligro constante que generan estas prácticas han sido motivo de queja recurrente, pero hasta ahora, las medidas tomadas no han sido suficientes para erradicarlas. Este accidente ha reavivado el debate sobre la necesidad de endurecer las sanciones y aumentar la vigilancia en las carreteras para evitar que se repitan situaciones similares. La seguridad vial es responsabilidad de todos, y la tolerancia cero ante conductas temerarias es el primer paso para construir un futuro con menos tragedias en nuestras carreteras. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar para que la imprudencia deje de cobrar vidas en nuestras calles?