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22 de abril de 2025 a las 06:20

¡Auxilio! Tultitlán y Cuautitlán Izcalli se inundan.

El agua, fuente de vida, se ha convertido en un torrente implacable en los municipios mexiquenses de Tultitlán y Cuautitlán Izcalli. Las intensas lluvias de las últimas horas han desbordado los límites de ríos y drenajes, transformando calles y avenidas en caudalosos ríos improvisados. Imágenes impactantes circulan en redes sociales: vehículos arrastrados por la corriente, casas con el agua hasta las rodillas, la vida cotidiana interrumpida por la fuerza de la naturaleza. La avenida López Portillo, arteria vital de Tultitlán, se ha visto severamente afectada a la altura de La Bandera, obligando al cierre parcial de carriles y generando un caos vial que se extiende por horas. La escena se repite en Recursos Hidráulicos, donde el agua ha alcanzado niveles alarmantes.

En Cuautitlán Izcalli, la situación es igualmente crítica. Las colonias de Tepojaco y Lomas de Rosario se encuentran prácticamente bajo el agua, con niveles que superan el metro de altura, según reportes vecinales. La angustia y la incertidumbre se palpan en cada testimonio, en cada fotografía compartida en redes sociales. Familias atrapadas en sus hogares, pertenencias dañadas, el temor a que la situación empeore con el paso de las horas. Las autoridades municipales, a través de comunicados oficiales, exhortan a la población a extremar precauciones, evitar zonas inundadas y mantenerse informados a través de los canales oficiales. La recomendación es clara: la seguridad es lo primero.

Pero más allá de las cifras y los reportes oficiales, se encuentran las historias humanas. Vecinos que se organizan para ayudarse mutuamente, rescatistas trabajando contra reloj, la solidaridad que emerge en medio de la adversidad. Es en estos momentos de crisis cuando se pone a prueba la resiliencia de una comunidad. La lluvia, que en otras circunstancias sería motivo de alegría, se ha convertido en una amenaza latente. El pronóstico del tiempo se sigue con atención, esperando que las nubes se disipen y den paso a la calma. Mientras tanto, la incertidumbre persiste, y la esperanza se aferra a la promesa de un nuevo amanecer, donde el agua vuelva a su cauce y la vida retome su ritmo habitual.

Es fundamental recordar las medidas de seguridad en situaciones como esta. Evitar transitar por calles inundadas, ya que el agua puede ocultar peligros como baches, cables eléctricos o corrientes fuertes. Si el agua comienza a entrar en casa, es crucial cortar la electricidad desde el interruptor principal y colocar los objetos de valor en lugares altos. Preparar una mochila de emergencia con documentos importantes, agua, alimentos no perecederos, linterna, radio y medicamentos es una medida preventiva fundamental. En caso de evacuación, seguir las rutas designadas por las autoridades y no regresar hasta que se indique que es seguro. Si se encuentra en un vehículo y se topa con una calle inundada, no intentar cruzarla; es mejor buscar una ruta alternativa o esperar a recibir ayuda. Ante cualquier emergencia, comunicarse con Protección Civil del Estado de México al número 800 713 4147, disponible las 24 horas. La prevención y la responsabilidad individual son claves para afrontar estas situaciones y minimizar los riesgos.

Fuente: El Heraldo de México