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22 de abril de 2025 a las 09:40

Alivia el dolor de los golpes

La intensidad del béisbol de las Grandes Ligas nos ha regalado en estos primeros compases de la temporada un par de jugadas que, si bien son parte del juego, nos recuerdan los riesgos inherentes a este deporte. No hablamos de accidentes de tráfico, ¡ojo, amigos lectores, precaución al volante en estas fechas!, sino de los choques en el diamante, concretamente en la primera base, con protagonistas latinos que añaden un sabor especial a la narrativa.

El primer impacto, y el que más revuelo ha causado, tuvo lugar en Houston, con los Astros recibiendo a unos Padres de San Diego que han comenzado la temporada con garra. Luis Arráez, ese maestro del bateo de contacto, ejecutó un toque de bola por la línea de primera y, en su veloz carrera hacia la almohadilla, se encontró con Mauricio Dubón, el hondureño que defiende la inicial para los Astros. Arráez, un bateador consagrado, sabe lo que hace. Dubón, al recibir la pelota, también seguía los fundamentos del béisbol. No hubo mala intención, simplemente una jugada “de contacto”, como decimos en este deporte, aunque con un matiz peculiar.

¿Por qué peculiar? Porque nos lleva a reflexionar sobre las recientes y, a mi parecer, insípidas declaraciones del Comisionado Manfred sobre los cambios en el béisbol. Recordemos las modificaciones en la regla del doble play en segunda base, implementadas para evitar precisamente este tipo de colisiones y proteger la salud de los jugadores. Y no olvidemos la llegada del bateador designado (DH) a la Liga Nacional, otra medida que busca minimizar las lesiones, especialmente para los bateadores, quienes, considerando sus altos salarios y la cantidad de innings que juegan, son una inversión valiosa que hay que cuidar.

El segundo choque, menos sonado pero igualmente impactante, lo protagonizaron Alan Roden y el imponente Rowdy Téllez. Roden, en su carrera hacia la primera base, se topó con la muralla que representa el mexicoamericano Téllez. En plena quinta entrada, el joven prospecto se encontró con la espalda del gigante, un jugador que ha portado con orgullo la franela de México en competencias internacionales. ¿Hubo mala fe? En absoluto. Nadie protestó, ni siquiera cuando Téllez, con un gesto de deportividad, se acercó a Roden, quien yacía en el suelo tras el impacto. Una jugada beisbolera, sin más. "Next", parecía decir el juego, y Roden, tras recomponerse, continuó como si nada, o casi.

Arráez, por su parte, tuvo que visitar el hospital. Afortunadamente, nada grave. Pudo incluso, para su tranquilidad y alegría, presenciar la victoria de sus Padres, quienes, insisto, pintan para una temporada emocionante.

Es apasionante el béisbol con esta intensidad, con esa entrega en cada jugada. Pero, muchachos, un poco de precaución en esos sprints a la primera base. Los tobillos, las rodillas… son piezas fundamentales para brillar en este deporte. ¿Son evitables estas lesiones? Quizás con un poco más de cuidado y conciencia en esas jugadas al límite.

Por Alejandro Aguerrebere.

PAL

Fuente: El Heraldo de México