
22 de abril de 2025 a las 17:25
Adiós, Mami: Un último te amo
La angustia y la incertidumbre que se apoderaron de las familias de María Yesenia Ontiveros Gutiérrez y Zamira Oliver Paredes Carranza desde su desaparición el pasado 11 de abril, se transformaron en un dolor desgarrador con la confirmación de su trágico final. El hallazgo de dos cuerpos sin vida dentro de una camioneta abandonada en la colonia Obrera de Tijuana, Baja California, ha conmocionado a la comunidad y ha dejado un profundo vacío en el corazón de quienes las conocían.
El breve pero conmovedor mensaje de la hija de Yesenia en Facebook, "te amo por siempre mami", acompañado de una fotografía que seguramente guarda un sinfín de recuerdos felices, refleja la magnitud de la pérdida. Un mensaje que resume el amor incondicional y el dolor inimaginable de una hija que ha perdido a su madre en circunstancias tan terribles. Un grito silencioso que clama justicia y que nos recuerda la fragilidad de la vida.
La red social se ha convertido en un espacio de condolencias y despedida, donde amigos y familiares comparten sus recuerdos y expresan su indignación ante este cruel suceso. Las muestras de cariño y apoyo virtual se entrelazan con la exigencia de justicia y el clamor por un esclarecimiento pronto de los hechos. ¿Quiénes fueron los responsables de arrebatarles la vida a estas dos mujeres? ¿Qué motivos se esconden detrás de este terrible crimen? Son preguntas que atormentan a sus seres queridos y que exigen una respuesta inmediata por parte de las autoridades.
El silencio de las autoridades, más allá de la confirmación del hallazgo y el inicio de las investigaciones, alimenta la incertidumbre y la especulación. La falta de información sobre las causas de la muerte y la ausencia de detenidos generan una profunda desconfianza y un sentimiento de impotencia entre la población. La comunidad exige transparencia y resultados concretos en la investigación. Necesitan saber qué pasó con María Yesenia y Zamira, necesitan que se haga justicia.
El olor fétido que alertó a los vecinos de la colonia Obrera se ha convertido en el símbolo de una tragedia que ha sacudido a Tijuana. Un olor que representa la muerte, la violencia y la impunidad que, lamentablemente, azotan a muchas comunidades de nuestro país. La camioneta abandonada, convertida en un macabro escenario, es un recordatorio constante de la vulnerabilidad y del peligro que acecha en las calles.
Más allá de las frías estadísticas, detrás de los titulares de los periódicos, hay dos familias destrozadas, dos vidas truncadas y una comunidad que clama justicia. La historia de María Yesenia y Zamira no debe quedar en el olvido. Su memoria debe ser un motor para exigir un alto a la violencia y para construir una sociedad más justa y segura para todos. Es imperativo que las autoridades redoblen sus esfuerzos para esclarecer este crimen y que los responsables sean llevados ante la justicia. Solo así se podrá honrar la memoria de estas dos mujeres y brindar un poco de consuelo a sus familias en medio del inmenso dolor.
Fuente: El Heraldo de México