
22 de abril de 2025 a las 22:10
Abuelo de 80: tragedia y horror
La tranquilidad del vecindario se vio brutalmente interrumpida en Carolina del Sur. Un octogenario, Reuben Leonard, irrumpió en la casa de la familia McFarland, armado con un rifle de asalto, desatando una tragedia que ha conmocionado a la comunidad. El horror se desencadenó poco antes de las 11 de la noche del miércoles 16 de abril. Dentro de la vivienda, se encontraba Ashly McFarland, una niña de tan solo 11 años, junto a otros miembros de su familia. Sin mediar palabra, Leonard abrió fuego, arrebatándole la vida a la pequeña Ashly en un acto de violencia inexplicable.
En un intento desesperado por proteger a su familia, el padre de Ashly se enfrentó al agresor, recibiendo un impacto de bala en medio del caos. La rápida intervención de los vecinos, quienes alertaron a las autoridades, impidió que Leonard escapara de la escena del crimen. Los agentes de policía, al llegar al lugar, encontraron al hombre de 80 años aún dentro de la casa de los McFarland y procedieron a su detención.
Lo que parecía un caso aislado de violencia vecinal, dio un giro aún más oscuro durante el interrogatorio. Reuben Leonard confesó un segundo crimen atroz: el asesinato de su propia esposa, Felicia Leonard, de 76 años. En una declaración escalofriante, admitió no solo haberla matado, sino también conservar su cadáver en su propia casa.
Guiados por la confesión de Leonard, la policía se dirigió a su domicilio. La macabra escena que encontraron en el garaje superó cualquier expectativa. El cuerpo sin vida de Felicia Leonard yacía allí, con una herida de bala en la cabeza, confirmando la terrible verdad revelada por su esposo.
La investigación continúa, mientras la comunidad intenta comprender los motivos que llevaron a Reuben Leonard a cometer estos actos de violencia extrema. Una hipótesis que cobra fuerza entre los investigadores, aunque aún no confirmada oficialmente, apunta a una posible venganza. Al parecer, Leonard se sentía perturbado por el ruido de las prácticas de tiro al blanco que realizaban los McFarland en su jardín. Esta molestia, ignorada o desestimada por la familia, podría haber sido el detonante de la ira contenida que culminó en la tragedia.
Las autoridades se encuentran ahora trabajando en reconstruir los hechos, recopilando pruebas y testimonios que permitan esclarecer completamente las circunstancias que rodearon ambos crímenes. Mientras tanto, la comunidad de Carolina del Sur se encuentra sumida en el dolor y la consternación, intentando asimilar la magnitud de la tragedia que ha golpeado a dos familias y ha dejado una profunda herida en el tejido social. El caso de Reuben Leonard, un hombre de 80 años que se convirtió en un asesino, plantea interrogantes sobre la violencia doméstica, la salud mental y la importancia de la convivencia pacífica en nuestras comunidades. El eco de los disparos resonará por mucho tiempo en la memoria colectiva, como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de construir un mundo más seguro y tolerante.
Fuente: El Heraldo de México