El sacrificio y la valentía de 25 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Nacional Mexicano resuenan en cada rincón del país. Su entrega, hasta el punto de ofrendar sus propias vidas en el cumplimiento de su deber, nos conmueve y nos recuerda la importancia de su labor en la construcción de un México en paz. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, desde el corazón de la nación, ha reconocido públicamente la magnitud de este sacrificio, extendiendo su solidaridad y gratitud no solo a los caídos, sino también a sus familias, quienes cargan con el peso de la ausencia, pero también con el orgullo de saber que sus seres queridos se entregaron a una causa noble.

Imaginemos por un instante la vida de estos jóvenes. Con apenas 18 años, la edad en la que muchos apenas comienzan a descubrir su camino, ellos deciden tomar las riendas de un compromiso monumental: proteger a la nación. Dejan atrás la comodidad del hogar, las ilusiones propias de la juventud, para abrazar una vida de disciplina, rigor y servicio. Ayer, veíamos a esos jóvenes, con la mirada llena de esperanza y determinación, ingresando a la Heroica Escuela Naval Militar, al Colegio Militar, a la Guardia Nacional, a la Secretaría de Seguridad. Jóvenes que, con la fuerza de la convicción, eligen un camino que exige sacrificio, un camino que, en ocasiones, los lleva a enfrentar el peligro cara a cara.

Es un acto de profundo heroísmo el que estos jóvenes realizan. No es una tarea sencilla. Implica largas jornadas, alejamiento de sus seres queridos, y la constante exposición al riesgo. Sin embargo, con valentía y convicción, asumen la responsabilidad de salvaguardar la vida de los demás, de proteger a las familias mexicanas, de velar por la seguridad de un país entero. Es un compromiso que nace de la vocación de servicio, del deseo de contribuir a un México mejor, un México en paz.

El reconocimiento de la Presidenta Sheinbaum Pardo es un bálsamo para las familias de estos héroes. Sus palabras de agradecimiento y cariño son un testimonio de que el sacrificio de sus seres queridos no ha sido en vano. Son un recordatorio de que la nación entera valora su entrega y se une al dolor de su pérdida. Y es que, en cada uniforme, en cada patrulla, en cada operativo, hay una historia de vida, un sueño, una familia que espera el regreso de su héroe. Hoy, honramos la memoria de los 25 elementos caídos, y reiteramos nuestro apoyo incondicional a quienes, día a día, arriesgan su vida por la seguridad de todos los mexicanos. Su valentía y sacrificio nos inspiran a construir un país más justo, más seguro y más solidario. Un país donde la paz sea el resultado del esfuerzo conjunto, donde el heroísmo de unos pocos se convierta en la fortaleza de todos.