
21 de abril de 2025 a las 17:00
La pasión futbolera del Papa: Su santuario secreto.
El mundo llora la partida del Papa Francisco, un líder espiritual que trascendió las barreras religiosas con su mensaje de humildad y bondad. Más allá de su labor pastoral, la figura de Jorge Mario Bergoglio resonaba con la gente común por su palpable humanidad, manifestada en gestos sencillos y pasiones compartidas, como su profundo amor por el fútbol, en particular, por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
Este sentimiento, arraigado desde su infancia en las calles de Buenos Aires, permaneció inalterable a lo largo de su vida, desde sus primeros pasos como sacerdote hasta su llegada al Vaticano. La imagen del joven Bergoglio acudiendo al Viejo Gasómetro para alentar al "Ciclón" del 46 se entrelaza con la del Sumo Pontífice recibiendo en la Santa Sede a jugadores y directivos del club de sus amores, demostrando que la pasión futbolera, como la fe, puede permanecer incólume al paso del tiempo y las circunstancias.
San Lorenzo de Almagro, conmovido por la pérdida de su más ilustre hincha, ha expresado su dolor y reconocimiento a través de un emotivo homenaje en redes sociales. El video, repleto de imágenes que retratan la vinculación del Papa con el club, desde su confirmación a Ángel Correa hasta sus encuentros con representantes "azulgranas", es un testimonio conmovedor de un vínculo inquebrantable. Las palabras que acompañan el video resuenan con profunda emoción: "Cuervo de niño y de hombre… Cuervo como sacerdote y Cardenal… Cuervo también como Papa". Una frase que sintetiza la fidelidad inquebrantable de Jorge Mario Bergoglio a los colores blaugranas.
Más allá de las anécdotas y los recuerdos, la pasión futbolera del Papa Francisco nos revela una faceta entrañable de su personalidad. Su amor por San Lorenzo no era un mero pasatiempo, sino una expresión de su conexión con la gente, con la cultura popular y con las emociones compartidas. Incluso en el Vaticano, en medio de la solemnidad propia del lugar, encontró un espacio para rendir homenaje al deporte rey. Un pequeño santuario futbolero, con camisetas, balones, fotos con figuras como Messi y Maradona, y su carnet de socio del San Lorenzo, se convertía en un reflejo de su humanidad y su capacidad para conectar con las pasiones de millones de personas alrededor del mundo. Este rincón, casi secreto, a la salida del Museo Vaticano, se transforma ahora en un lugar de peregrinación para los fieles y los aficionados al fútbol, un testimonio tangible de la pasión que unió al Papa Francisco con la gente común. Un recordatorio de que, más allá de los dogmas y las jerarquías, la fe y la pasión pueden convivir en perfecta armonía.
Fuente: El Heraldo de México