La infancia de Aislinn Derbez, marcada por la separación de sus padres, Eugenio Derbez y Gabriela Michel, fue un periodo complejo y lleno de desafíos emocionales. Lejos de la imagen pública de armonía familiar, la actriz reveló en una sincera entrevista con Yordi Rosado las dificultades que enfrentó al ser, en sus propias palabras, el "conducto" de comunicación entre sus padres, cuya relación se caracterizó por la conflictividad. Esta situación generó en la joven Aislinn una carga emocional considerable, teniendo que navegar por las tensiones familiares desde temprana edad.

Tras la separación, Gabriela Michel encontró nuevamente el amor en Jorge Alberto Aguilera, reconocido actor de doblaje conocido como "El Señor Aguilera". Si bien la relación entre Aislinn y su padrastro no se caracterizó por una profunda cercanía emocional, la actriz reconoce la responsabilidad y el compromiso que Aguilera demostró con ella y sus hermanas, asegurando su bienestar material y la estabilidad del hogar. "Estuvo más presente que mi papá en ese sentido", confesó Aislinn, destacando el papel fundamental que Aguilera jugó durante 15 o 16 años de su vida. Aunque la relación fue distante, la actriz reconoce en él a un "gran hombre", una perspectiva que ha construido también a través del cariño y admiración que su hermana Michelle siente por él.

La ausencia de Eugenio Derbez durante su adolescencia dejó una profunda huella en Aislinn. La actriz atribuye esta distancia a la juventud de su padre y a la falta de herramientas para conectar con ella en esa etapa. Este vacío paterno fue, en cierta medida, llenado por la presencia de Aguilera, quien se convirtió en la figura masculina estable en su vida. A pesar de la distancia emocional, la responsabilidad y el compromiso de Aguilera fueron constantes, proveyendo un hogar estable para Aislinn y sus hermanas.

El tiempo, la terapia y el trabajo personal han permitido a Aislinn sanar las heridas del pasado y construir una relación más sólida con su padre. Hoy, reconoce la presencia de Eugenio en su vida y valora la oportunidad de trabajar juntos, superando los conflictos y las ausencias del pasado.

La experiencia de una infancia marcada por la separación de sus padres y la falta de un modelo de relación estable influyó, según Aislinn, en su propia historia amorosa con Mauricio Ochmann. La actriz confesó que la falta de referentes la llevó a repetir patrones y a cometer errores que culminaron en el divorcio, una decisión tomada por Ochmann tras el nacimiento de su hija. Sin embargo, lejos de sucumbir al dolor, Aislinn se enfocó en su crecimiento personal, recuperando la confianza en sí misma y encontrando la paz, aún en la soltería. Su historia se convierte así en un testimonio de resiliencia, demostrando que es posible superar las adversidades del pasado y construir un presente pleno y en armonía consigo misma. La valentía de Aislinn al compartir su experiencia abre un espacio para la reflexión sobre la importancia de la estabilidad emocional en la infancia y el impacto que las relaciones familiares tienen en la construcción de nuestra propia identidad.