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21 de abril de 2025 a las 00:00

Operadora del Metro CDMX, ¿ebria en servicio?

La indignación recorre las venas del Metro de la Ciudad de México. Un video, viralizado a la velocidad de la luz en redes sociales, ha puesto en el ojo del huracán a una trabajadora del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro. Las imágenes, crudas y perturbadoras, la muestran presuntamente en estado de ebriedad durante su jornada laboral en la terminal Cuatro Caminos de la Línea 2, la cual conecta Taxqueña con Cuatro Caminos, una de las rutas más transitadas de la capital.

El fin de semana pasado, el bullicio habitual de la estación se vio interrumpido por una escena lamentable. Testigos presenciales, convertidos en reporteros ciudadanos gracias a la inmediatez de los smartphones, captaron el momento en que policías auxiliares retiraban a la trabajadora de una oficina ubicada en los andenes. Lejos de mostrar arrepentimiento o vergüenza, la empleada, visiblemente alterada, respondía con burlas e insultos a los uniformados que intentaban contener la situación. Su actitud desafiante, grabada y difundida para la posteridad digital, ha generado una ola de críticas y comentarios de repudio entre los usuarios del Metro.

Ante la presión mediática y la gravedad de los hechos, el STC no tardó en reaccionar. A través de una ficha informativa, confirmó la separación temporal de la trabajadora de sus funciones. La Dirección General, en un intento por aplacar la furia colectiva y demostrar su compromiso con la transparencia, ordenó una investigación interna para esclarecer los detalles del incidente y determinar las sanciones correspondientes.

“En el STC, este tipo de conductas son inadmisibles y deben ser sancionadas con todo rigor”, sentenció el organismo en su comunicado, palabras que buscan transmitir un mensaje contundente a sus empleados y a la ciudadanía en general. La seguridad de los usuarios y la integridad del personal operativo, se afirma, son pilares fundamentales de la institución. Sin embargo, la pregunta que resuena en el aire es: ¿cómo pudo suceder esto? ¿Qué fallas en los protocolos de seguridad permitieron que una trabajadora en estado inconveniente llegara a su puesto y permaneciera en él el tiempo suficiente para protagonizar semejante espectáculo?

Este incidente pone de manifiesto la necesidad de reforzar los mecanismos de control y supervisión dentro del STC. No se trata solo de sancionar a la responsable, sino de prevenir futuras situaciones similares. La confianza de los millones de usuarios que a diario utilizan el Metro está en juego. La imagen del STC, ya de por sí golpeada por recientes incidentes, se ve aún más deteriorada. La investigación interna deberá arrojar luz sobre las circunstancias que rodearon este lamentable episodio y, sobre todo, proponer soluciones concretas para evitar que se repita. La ciudadanía exige respuestas y, más importante aún, acciones que garanticen un servicio de transporte público seguro, eficiente y respetuoso. El Metro, nervio vital de la ciudad, no puede permitirse más tropiezos.

Fuente: El Heraldo de México