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20 de abril de 2025 a las 10:35

La Verdad Sobre el Agua Que Necesitas (75kg)

El agua, ese elemento vital que a menudo damos por sentado, es mucho más que un simple líquido refrescante. Es la base de la vida, el motor silencioso que impulsa cada función de nuestro organismo. Desde la digestión hasta la regulación de la temperatura corporal, pasando por la eliminación de toxinas y la lubricación de las articulaciones, el agua es protagonista indiscutible en el complejo entramado de nuestra biología. Sin embargo, a pesar de su crucial importancia, muchos desconocen la cantidad precisa que necesitan para mantener un óptimo estado de salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo diario de entre 2 y 2.5 litros de agua para un adulto promedio. Esta cantidad, equivalente a unos 8-10 vasos, sirve como una guía general, pero es importante recordar que no todos somos iguales. Nuestro peso, el nivel de actividad física que realizamos, las condiciones climáticas en las que vivimos e incluso factores individuales como la edad y el estado de salud, influyen directamente en nuestras necesidades hídricas.

Para una persona con un peso aproximado de 75 kg, la fórmula mágica para calcular la ingesta ideal de agua es sencilla: 35 ml por cada kilogramo de peso. Aplicando esta ecuación (75 kg x 0.035), obtenemos un resultado de 2.6 litros diarios. Esta cifra, ligeramente superior a la recomendación general de la OMS, refleja la importancia de personalizar la hidratación según las características individuales. Imaginemos a una persona de 75 kg realizando ejercicio intenso en un día caluroso. Su pérdida de líquidos a través del sudor será significativamente mayor, por lo que necesitará reponerlos con una ingesta de agua superior a la de alguien con el mismo peso que lleva una vida sedentaria en un clima templado.

Las consecuencias de una hidratación inadecuada pueden ser graves. Desde la fatiga y el agotamiento, síntomas comunes de una deshidratación leve, hasta complicaciones cardiovasculares, deterioro cognitivo y debilitamiento del sistema inmunológico en casos más severos. La deshidratación, incluso en sus etapas iniciales, afecta el rendimiento físico y mental, comprometiendo nuestra capacidad de concentración, nuestra energía y nuestro bienestar general.

Por ello, la OMS insiste en la importancia de asegurar un consumo mínimo de 1.5 litros de agua al día, una cantidad que, si bien no cubre las necesidades de todos, minimiza los riesgos asociados a la deshidratación. Integrar el hábito de beber agua de forma regular en nuestra rutina diaria es una inversión en salud que no podemos permitirnos ignorar. Llevar una botella de agua con nosotros, establecer recordatorios en nuestro teléfono o simplemente tener un vaso de agua siempre a la vista, son estrategias sencillas pero efectivas para asegurar una hidratación óptima y disfrutar de una vida plena y saludable. No esperemos a tener sed para beber agua. La sed es una señal de alarma que indica que nuestro cuerpo ya está experimentando un déficit hídrico. Anticipémonos a la sed y hagamos del agua nuestra aliada en el camino hacia una vida más sana y equilibrada.

Fuente: El Heraldo de México