
20 de abril de 2025 a las 15:15
El debut dorado de Canelo
La historia de Saúl "Canelo" Álvarez es un relato épico de perseverancia, talento innato y una pasión inquebrantable por el boxeo. Desde las polvorientas calles de Guadalajara hasta las deslumbrantes luces de Las Vegas, su trayectoria es un testimonio del poder de los sueños y la dedicación. Hoy, a las puertas de un nuevo desafío contra William Scull, nos adentramos en los humildes comienzos de este titán del ring, recordando aquel día que marcó el inicio de una leyenda.
Imaginen la escena: 29 de octubre de 2005. La Arena Chololo Larios, en Tonalá, Jalisco, vibra con una energía expectante, aunque lejos del bullicio y la fastuosidad que acompañarían al Canelo años después. Un joven Saúl, con apenas 15 años, se prepara para su debut profesional. Sus guantes, aún sin el peso de la gloria, encierran la fuerza de sus sueños, la ilusión de un futuro escrito a base de golpes certeros y una voluntad de acero. A su lado, la figura paternal de José "Chepo" Reynoso, el arquitecto de su estilo, el mentor que pulió el diamante en bruto.
Frente a él, Abraham González, otro joven con la misma sed de triunfo, dispuesto a darlo todo en el cuadrilátero. No había millones en juego, ni la aclamación de las multitudes, solo la promesa de una batalla honesta, el deseo de probar su valía bajo los reflectores, aunque estos fueran tenues en aquel escenario modesto. El aire se cargó de electricidad cuando sonó la campana. Un Canelo adolescente, pero con la mirada firme y la determinación de un guerrero, se lanzó al ataque. Su juventud no fue un obstáculo, sino un motor que impulsaba cada movimiento, cada golpe, cada esquiva.
En las 140 libras, la categoría superligero, Canelo y Abraham libraron una batalla a cuatro asaltos que quedaría grabada en la memoria de los pocos afortunados que presenciaron el nacimiento de una estrella. Con una precisión sorprendente y una potencia que desmentía su edad, Canelo dominó la pelea, demostrando una madurez boxística inusual para un púgil tan joven. El resultado: una victoria contundente por nocaut técnico, el primer peldaño en la escalera hacia la cima del boxeo mundial.
Aquel triunfo en la Arena Chololo Larios fue mucho más que una simple victoria. Fue la confirmación de un talento excepcional, el preludio de una carrera plagada de éxitos y reconocimientos. Desde ese día, Canelo comenzó a tejer su leyenda, conquistando títulos, venciendo a rivales formidables y forjando un nombre que resonaría en todos los rincones del planeta. El camino no fue fácil, hubo tropiezos, como la derrota ante Floyd Mayweather, pero cada obstáculo solo sirvió para fortalecer su espíritu, para alimentar su hambre de gloria.
Hoy, 20 años después de aquel debut en Tonalá, Canelo Álvarez es un ícono del deporte, un ejemplo de perseverancia y un orgullo para México. Con un récord impresionante de 62 victorias, 39 de ellas por nocaut, se prepara para un nuevo reto, una nueva oportunidad de demostrar su grandeza en el ring. El próximo 3 de mayo, en Arabia Saudita, buscará arrebatarle el cinturón de la FIB a William Scull, escribiendo un nuevo capítulo en la historia de un campeón que comenzó su camino en un escenario humilde, con la ilusión de un niño y la fuerza de un gigante.
Fuente: El Heraldo de México