
20 de abril de 2025 a las 03:25
Celebra la Semana Santa con Tradición y Cultura Indígena
La Semana Santa en Sonora vibra con la fuerza ancestral de sus pueblos originarios. Más allá del fervor religioso universal, en este rincón del noroeste mexicano, las tradiciones ancestrales de los pueblos Yaqui, Seri-Comca'ac, Guarijío-Makurawe y Yoreme-Mayo se entrelazan con la conmemoración cristiana, ofreciendo un espectáculo cultural único e irrepetible. Gracias al impulso de los Planes de Justicia, liderados por el gobernador Alfonso Durazo Montaño y respaldados por el Gobierno de México, estas comunidades no solo preservan su legado, sino que lo comparten con el mundo, convirtiéndolo en un atractivo turístico de gran valor.
No se trata solo de festividades, sino de la revitalización de culturas milenarias. Los Planes de Justicia, fruto del diálogo y la colaboración entre el gobierno y las autoridades tradicionales, buscan restituir los derechos fundamentales de estos pueblos sobre la tierra, el agua, la salud y la educación. Es una apuesta por el desarrollo integral, por la reparación de agravios históricos y por el reconocimiento de la riqueza cultural que representan. Este compromiso se traduce en la posibilidad de que las comunidades puedan vivir plenamente sus tradiciones, especialmente en una época tan significativa como la Semana Santa.
Para los Yaquis, la Semana Santa es sinónimo de Ramadas. Estas estructuras efímeras, construidas con ramas y hojas, se convierten en el escenario de rituales ancestrales. Los fariseos, figuras emblemáticas de esta celebración, dan vida a danzas hipnóticas al ritmo de tambores, ataviados con máscaras que representan la dualidad entre el bien y el mal. La quema de estas máscaras al final de la Semana Santa simboliza la purificación, la liberación de los pecados y el renacimiento espiritual.
En la comunidad Comcáac, la conexión con el mar es fundamental. Durante la Semana Santa, ofrecen experiencias únicas como tours guiados, paseos en lancha y kayak por las aguas cristalinas que rodean la majestuosa Isla del Tiburón, considerada la isla más grande de México. En este santuario natural, se llevan a cabo limpias de sanación, rituales ancestrales que buscan equilibrar el cuerpo y el espíritu. Los cantos tradicionales y la pintura corporal, elementos esenciales de la cultura Comcáac, acompañan estas ceremonias, creando una atmósfera de profunda conexión con la naturaleza y la espiritualidad.
Los guarijíos, por su parte, reciben la Semana Santa con la magia de sus ceremonias, cantos y bailes tradicionales. Sus rituales, transmitidos de generación en generación, son una muestra de la profunda conexión con la tierra y con sus ancestros. Cada movimiento, cada canto, cada detalle es una expresión de su cosmovisión, una ventana a la riqueza de su cultura.
Finalmente, los Yoreme-Mayo recrean la pasión y muerte de Jesucristo a través de conmovedoras procesiones. Danzas y cantos se entremezclan en una representación llena de simbolismo y fervor religioso. Esta fusión entre la tradición cristiana y la cosmovisión yoreme-mayo da lugar a una expresión cultural única, que refleja la historia y la identidad de este pueblo.
La Semana Santa en Sonora es una invitación a un viaje cultural que trasciende la religión. Es una oportunidad para sumergirse en la riqueza y la diversidad de los pueblos originarios, para aprender de sus tradiciones y para conectarse con la esencia misma de la vida. Es un recordatorio de la importancia de preservar y valorar el patrimonio cultural que nos enriquece como sociedad.
Fuente: El Heraldo de México