La repentina partida de Lucas García ha dejado un vacío inmenso en la escena cultural santafesina. El viernes pasado, la Sala Cervantes del Centro Cultural ATE Casa España se convirtió en el escenario de una tragedia inesperada. En medio de la representación de "1580 – Rebelión de los 7 Jefes", la vida de Lucas García, un pilar del teatro local, se apagó sobre las tablas, dejando atónitos a compañeros, personal y a un público que aún desconocía la magnitud del suceso. El telón de la vida cayó para García a sus 68 años, en pleno ejercicio de su pasión, en el lugar que durante décadas fue su segundo hogar.

Las primeras reacciones fueron de incredulidad y confusión. Mientras los servicios de emergencia luchaban por reanimarlo, los asistentes a la función eran desalojados de la sala, sin comprender completamente lo que ocurría. Horas más tarde, la noticia, como un rayo, impactaría en la comunidad artística y cultural: Lucas García había fallecido. El impacto fue profundo, dejando una estela de dolor y consternación.

Su trayectoria, extensa y prolífica, lo había convertido en un referente indiscutible del teatro santafesino. No solo se destacaba por su talento interpretativo, sino también por su incansable labor como coordinador cultural en uno de los museos más importantes de la ciudad. Su compromiso con la difusión del arte trascendía las tablas, permeando cada espacio en el que se desenvolvía. García era un abanderado de la cultura, un apasionado que respiraba y vivía por el arte en todas sus expresiones.

Más allá de los escenarios, Lucas García era un formador, un mentor para las nuevas generaciones de actores y un compañero incondicional para sus pares. Su partida deja un hueco difícil de llenar, una ausencia que resonará en cada rincón de la escena teatral local. Su legado, sin embargo, permanecerá vivo en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de compartir su pasión y su talento.

La ola de condolencias no se hizo esperar. Desde figuras reconocidas del ámbito artístico hasta autoridades locales, como el intendente Juan Pablo Poletti y el secretario provincial de Desarrollos Culturales, Paulo Ricci, expresaron su pesar a través de las redes sociales, destacando la invaluable contribución de García al arte y la cultura de Santa Fe. Sus palabras, cargadas de emoción, reflejan el profundo impacto que la figura de Lucas García tuvo en la comunidad.

Las funciones programadas de "1580 – Rebelión de los 7 Jefes" fueron suspendidas en señal de luto. Un silencio respetuoso se apoderó de los escenarios, un silencio que habla por sí solo del dolor que embarga a la comunidad teatral. Sin embargo, más allá del dolor y la tristeza, la figura de Lucas García se erige como un símbolo de perseverancia, pasión y compromiso con el arte. Su legado, como una llama inextinguible, continuará inspirando a futuras generaciones de artistas a seguir sus pasos, a mantener viva la llama del teatro en Santa Fe. La función, aunque interrumpida abruptamente, continúa en el corazón de quienes lo recuerdan.