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20 de abril de 2025 a las 19:15
Adiós a Black Terry, leyenda de la lucha libre
El mundo de la lucha libre mexicana se viste de luto. La noticia del fallecimiento de Esteban Mares Castañeda, el legendario Black Terry, a los 73 años, ha resonado como un eco doloroso en cada rincón del pancracio nacional. Una figura imponente, un maestro del cuadrilátero, un ícono para generaciones de aficionados y luchadores, ha partido dejando un vacío imposible de llenar.
Black Terry no solo fue un luchador; fue un artista del ring. Su estilo, marcado por la rudeza técnica y una precisión casi quirúrgica en cada movimiento, lo convirtió en un referente obligado. Dominaba el arte del llaveo y contra llaveo como pocos, y su arsenal de castigos, desde la quebradora hasta el cangrejo, infundía respeto y admiración, incluso en sus más acérrimos rivales. Su máscara, sencilla pero emblemática, con ese antifaz negro que ocultaba su mirada, se convirtió en un símbolo de poder y misterio, un estandarte que ondeaba en las arenas más importantes del país.
Más allá de su imponente presencia física y su dominio técnico, Black Terry era un estudioso de la lucha libre. Entendía la psicología del deporte, la importancia del personaje, la conexión con el público. Sabía cómo narrar una historia sobre el ring, cómo mantener a la audiencia al borde de sus asientos, cómo convertir cada encuentro en un drama épico. Su rivalidad con El Santo, por ejemplo, es ya parte de la leyenda, un capítulo fundamental en la historia de la lucha libre mexicana. Esos combates, cargados de intensidad y dramatismo, trascendieron el ámbito deportivo para convertirse en auténticas manifestaciones culturales.
Pero Black Terry no solo brilló en los grandes escenarios. Su compromiso con la lucha libre lo llevó a recorrer todo el país, desde las arenas más emblemáticas de la Ciudad de México hasta los pequeños rings de provincia. Siempre dispuesto a compartir su conocimiento y experiencia con las nuevas generaciones, se convirtió en un mentor para muchos jóvenes que soñaban con seguir sus pasos. Su legado, por lo tanto, no se limita a sus logros deportivos, sino también a la influencia que ejerció en la formación de nuevos talentos.
Hoy, la comunidad luchística llora su partida. Las redes sociales se han inundado de mensajes de condolencia, de anécdotas, de recuerdos imborrables. Compañeros de profesión, rivales en el ring, aficionados de todas las edades, todos coinciden en reconocer la grandeza de Black Terry, su aportación invaluable a la lucha libre mexicana. Su nombre, sin duda, quedará inscrito con letras de oro en la historia de este deporte.
Su ausencia se sentirá en cada arena, en cada función, en cada llave, en cada grito de la afición. Pero su legado, su espíritu, su pasión por la lucha libre, seguirá vivo en la memoria de quienes tuvimos el privilegio de presenciar su magia sobre el ring. Adiós, Black Terry. Gracias por las emociones, por la entrega, por la leyenda. Descansa en paz, maestro.
Fuente: El Heraldo de México