19 de abril de 2025 a las 18:25
Justicia en la calle, no en la oficina.
Un cambio de paradigma se gesta en el corazón de la justicia mexicana. La próxima elección de magistrados, a celebrarse el domingo 1 de junio, promete ser un hito histórico, un parteaguas en la relación entre el Poder Judicial y la ciudadanía. Juan Pablo Vásquez Calvo, Profesional A en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y aspirante a magistrado de Circuito en Materia Civil por el Primer Circuito, lo define como un proceso transformador y revelador, un proceso que saca a los jueces de la comodidad de sus despachos y los coloca frente a la realidad palpitante de las calles.
"La justicia no puede vivirse desde la oficina, las injusticias están en la calle", afirma Vásquez Calvo con convicción. Sus palabras resuenan con la fuerza de una verdad ineludible: la justicia no puede ser una entidad abstracta, confinada a los expedientes y a los tecnicismos legales. Debe ser una fuerza viva, tangible, que se acerque a la gente, que comprenda sus necesidades y que responda a sus demandas con sensibilidad y empatía.
Este nuevo proceso electoral, inédito en la historia del Poder Judicial, obliga a los aspirantes a conectar con la ciudadanía de una manera sin precedentes. "Te hace salir del escritorio", explica Vásquez Calvo, "te pone en contexto con lenguajes y realidades que de otra forma no percibes". Este contacto directo con la gente, con sus problemas y sus anhelos, permite a los jueces comprender la complejidad del tejido social y las diversas formas en que la justicia, o la falta de ella, impacta en la vida de las personas. Ya no se trata solo de aplicar la ley de manera fría e impersonal, sino de comprender el contexto, las historias, los dolores y la dignidad de quienes buscan justicia.
En un mundo cada vez más complejo y polarizado, la comunicación se erige como un pilar fundamental para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Vásquez Calvo subraya la importancia del lenguaje accesible en la impartición de justicia: "la justicia que no se entiende, no es justicia". Un lenguaje claro, preciso y comprensible para todos, permite a la ciudadanía ejercer plenamente sus derechos y comprender el alcance de las decisiones judiciales. La justicia no puede ser un privilegio reservado a unos pocos, sino un derecho accesible para todos, sin importar su nivel educativo o su condición social.
El aspirante a magistrado, consciente de la importancia de la cercanía con la gente, comparte su experiencia en el Fraccionamiento Coyuya, en Iztacalco, donde ha tenido la oportunidad de escuchar de primera mano las inquietudes y las necesidades de los vecinos. Este contacto directo con la realidad social, le permite construir propuestas que respondan a las demandas de la ciudadanía y que contribuyan a una justicia más cercana y accesible. "Necesitamos que las personas juzgadoras utilicen un lenguaje accesible", insiste, reafirmando su compromiso con una justicia que se comprenda y que se viva como una realidad tangible en la vida de las personas.
La sensibilidad, según Vásquez Calvo, es un atributo indispensable para un juez. "La sensibilidad del juez implica entender el contexto de las personas, sus historias, sus dolores, su dignidad, la forma en como los daños causados por el conflicto se pueden ir reparando a través de las vías legales”. No se trata solo de aplicar la ley, sino de hacerlo con empatía, comprendiendo el impacto que las decisiones judiciales tienen en la vida de las personas.
Con optimismo, Vásquez Calvo visualiza un futuro en el que el Poder Judicial y la ciudadanía construyan una nueva relación, basada en la confianza, la transparencia y la accesibilidad. Esta nueva era de la justicia promete ser un proceso de transformación profunda, donde la voz de la gente se escuche con claridad en los tribunales y donde la justicia se convierta en un instrumento real para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Fuente: El Heraldo de México