
19 de abril de 2025 a las 05:55
Fito Páez honra a Charly en NY
Cuarenta años no son nada, reza el tango, y en el caso de "Clics Modernos" la frase cobra una vigencia asombrosa. Este álbum, lanzado en el convulsionado noviembre de 1983, no solo resiste el paso del tiempo, sino que se erige como un faro que ilumina la historia del rock argentino. Más que un disco, es una fotografía sonora de un país que despertaba de una pesadilla y se asomaba, con la esperanza aún tambaleante, a la promesa de la democracia. "Clics Modernos" no es solo un disco, es un documento de época.
Charly, con su genio inigualable, supo capturar la sensibilidad de una generación marcada por la dictadura. En sus letras, agudas y mordaces, resonaba la voz de miles que habían callado durante años. Canciones como "Los Dinosaurios", con su metáfora tan potente como dolorosa, se convirtieron en himnos coreados en secreto, en un susurro de resistencia que anticipaba el grito liberador que vendría con la democracia. El disco, cargado de una energía visceral, se transformó en la banda sonora de una transición, un puente entre el silencio impuesto y la palabra recuperada.
Pero "Clics Modernos" no es solo un testimonio del pasado, es también una obra maestra de innovación musical. Grabado en los míticos Electric Lady Studios de Nueva York, el álbum respira la atmósfera vibrante de una ciudad que bullía de creatividad. Charly, acompañado por la maestría de Joe Blaney, ingeniero de sonido de leyendas como The Clash y Prince, fusionó con maestría el rock nacional con las corrientes vanguardistas del new wave, el funk y el pop. El resultado fue un sonido fresco, electrizante, que rompió los moldes establecidos y marcó un nuevo rumbo para el rock en español.
La portada del álbum, esa imagen icónica de Charly con el pelo corto y vestido de negro, apoyado contra una pared graffiteada con la enigmática leyenda "MODERN CLIX", es mucho más que una simple fotografía. Es un símbolo de la reinvención, de la ruptura con el pasado y la apuesta por un futuro incierto pero lleno de posibilidades. La esquina de Walker Street y Cortlandt Alley, bautizada ahora como "Esquina Charly García", se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los fans, un santuario que evoca la magia de un momento histórico.
El gesto de Fito Páez, visitando la esquina y compartiendo su emoción con sus seguidores, es un testimonio de la profunda admiración y el respeto que siente por Charly. Sus palabras, cargadas de cariño y gratitud, reflejan la influencia que García ejerció sobre toda una generación de músicos. La complicidad entre estos dos gigantes del rock argentino, forjada en los años de creación y consolidada a lo largo del tiempo, es un tesoro invaluable para la música latinoamericana.
"Clics Modernos" no solo marcó un antes y un después en la carrera de Charly García, sino que dejó una huella imborrable en la historia de la música. A cuatro décadas de su lanzamiento, sigue resonando con la misma fuerza, recordándonos que el arte, en su máxima expresión, tiene el poder de trascender el tiempo y las circunstancias, convirtiéndose en un legado eterno.
Fuente: El Heraldo de México