La angustia se apodera de la familia Idelfonso mientras las horas se convierten en días y los días en una agonizante espera. Estefany Yorley, una jovencita de tan solo 14 años, originaria de Puebla, se esfumó sin dejar rastro el Viernes Santo, 18 de abril de 2025, en el Estado de México. La incertidumbre y la desesperación se han convertido en sus compañeros constantes mientras recorren cada rincón del fraccionamiento Valle de Lerma, en el municipio de Lerma, lugar donde fue vista por última vez.

La imagen de Estefany, con su piel blanca, su delgada figura de 1.63 metros y ese distintivo mechón blanco cerca de la frente, se ha multiplicado en carteles de búsqueda que empapelan las calles, comercios y paradas de autobús. Cada rostro que pasa se convierte en una chispa de esperanza, una posibilidad de que alguien reconozca a la joven y pueda brindar información sobre su paradero.

La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México ha emitido una ficha con los datos de Estefany, urgiendo a la colaboración ciudadana. Se ha habilitado una línea telefónica de contacto para que cualquier persona que pueda aportar información, por mínima que parezca, se comunique de inmediato. La familia, aferrada a la esperanza, ruega a la comunidad que se solidarice con su dolor y comparta la ficha de búsqueda en redes sociales, con amigos y familiares.

La desaparición de Estefany ha conmocionado a la comunidad. Vecinos del fraccionamiento Valle de Lerma se han organizado en brigadas de búsqueda, recorriendo parques, calles aledañas y zonas boscosas. La solidaridad se ha convertido en un bálsamo ante la desesperación, un recordatorio de que la unión hace la fuerza y que juntos pueden encontrar a Estefany.

Las autoridades, por su parte, han desplegado un operativo de búsqueda que incluye el rastreo de cámaras de seguridad de la zona, entrevistas con testigos y el análisis de cualquier indicio que pueda arrojar luz sobre el paradero de la joven. Se mantienen en contacto permanente con la familia, informándoles sobre los avances de la investigación y brindándoles apoyo psicológico en estos momentos tan difíciles.

La desaparición de una joven siempre es un evento trágico que sacude a la sociedad. Nos recuerda la vulnerabilidad de nuestros hijos y la importancia de estar alerta y unidos como comunidad. El caso de Estefany Yorley Idelfonso nos llama a la acción, a no ser indiferentes ante el dolor ajeno y a colaborar activamente en su búsqueda. Cualquier información, por pequeña que sea, puede ser la clave para traerla de vuelta a casa. No perdamos la esperanza, sigamos buscando a Estefany.