
19 de abril de 2025 a las 15:45
Alerta: Fase Neutra amenaza el clima de México
Tras la confirmación del meteorólogo José Martín Cortés sobre el fin del fenómeno de La Niña, un evento que él mismo anticipó desde enero, se abre paso a la esperada Fase Neutra en las aguas ecuatoriales. Este cambio, predecible dentro del ciclo climático, nos coloca en la antesala del próximo evento de El Niño, recordándonos la constante danza entre estos fenómenos que moldean el clima global. Como parte de un ciclo continuo, la transición a la Fase Neutra marca un punto de equilibrio entre los extremos climáticos, un respiro tras la influencia refrescante de La Niña y antes del calentamiento que trae consigo El Niño.
Para comprender a cabalidad la importancia de la Fase Neutra, es crucial entender la dinámica entre La Niña y El Niño, dos caras de la misma moneda climática que se manifiestan en el vasto océano Pacífico tropical, impactando el clima de todo el hemisferio. Imaginemos el Pacífico como un gigante respirando, con La Niña como la inhalación, refrescando las aguas superficiales y propiciando las lluvias, y El Niño como la exhalación, un soplo cálido que altera los patrones climáticos a nivel global.
Esta interacción, conocida como la Oscilación del Sur (ENOS o ENSO por sus siglas en inglés), es un fascinante ballet climático entre el calentamiento y enfriamiento de la superficie del océano Pacífico oriental. El Niño, la fase cálida, y La Niña, su contraparte fría, se alternan en un ciclo que puede variar entre 2 y 7 años, sin una periodicidad fija, y con una duración que oscila entre 12 y 18 meses. Aún se desconoce el mecanismo preciso que desencadena y detiene estos fenómenos, un enigma que mantiene a la comunidad científica en constante investigación.
La Fase Neutra, como su nombre lo indica, representa un período de estabilidad, un punto medio en el que el océano Pacífico recupera sus condiciones promedio, sin inclinarse hacia el frío de La Niña ni el calor de El Niño. Este estado de equilibrio no significa ausencia de impacto climático, sino más bien un retorno a la normalidad, un momento en que las fuerzas opuestas de El Niño y La Niña se encuentran en armonía.
La influencia de estos patrones climáticos es crucial para la predicción estacional, ya que afectan directamente la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos: huracanes, sequías, olas de calor y lluvias. Por ello, su monitoreo constante es fundamental para la anticipación y mitigación de los posibles impactos.
En este contexto, el meteorólogo José Martín Cortés de Meteored, ofrece un pronóstico alentador para lo que resta de la primavera y el verano de 2025. Sin embargo, advierte que la temporada de lluvias y ciclones tropicales estará bajo la influencia de la Fase Neutra, un escenario diferente al de años anteriores, lo que exige una atención especial a la evolución del clima. Es fundamental estar informados y seguir las actualizaciones climáticas en vivo para anticipar cualquier cambio y tomar las medidas necesarias para adaptarnos a las condiciones cambiantes. La comprensión de estos ciclos nos permite prepararnos y responder de manera más efectiva a los desafíos climáticos.
Fuente: El Heraldo de México