Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Cultura

19 de abril de 2025 a las 22:55

Adiós a Danny Yerna, leyenda del piercing en México.

La Ciudad de México se viste de luto. Un vacío se abre en la vibrante escena underground, un eco que resuena con la fuerza de un latido tribal. Danny Yerna, el artista que dibujó con tinta y metal la historia de una generación, nos ha dejado. Su legado, sin embargo, permanece indeleble, tatuado en la piel de la ciudad y en la memoria de quienes lo conocieron. Wakantanka, su santuario, su templo de la modificación corporal, confirmó la triste noticia, dejando a una comunidad entera en shock y con un profundo sentimiento de pérdida.

Más que un tatuador o un perforador, Danny Yerna fue un visionario, un alquimista de la estética que transformó la percepción del cuerpo como lienzo, como territorio de expresión. En los años 80 y 90, cuando la contracultura aún se abría paso entre la rigidez social, él ya exploraba los límites de la identidad, ofreciendo un espacio donde la individualidad podía manifestarse sin restricciones. Su aguja, precisa y audaz, trazaba no solo diseños, sino historias, rebeldías, anhelos y sueños. Cada tatuaje, cada piercing, era un grito de libertad en una época donde alzar la voz a menudo significaba ser silenciado.

Wakantanka, más que un estudio, se convirtió en un punto de encuentro, en una comunidad donde la diferencia era celebrada, donde el cuerpo se convertía en un manifiesto. Allí, bajo la guía de Danny, jóvenes artistas encontraron su voz, aprendieron el oficio y compartieron la pasión por un arte que trascendía la estética para convertirse en una forma de vida. Sus paredes, cubiertas de arte y vibrantes con la energía creativa, fueron testigos de incontables transformaciones, de la metamorfosis de cuerpos y espíritus.

La influencia de Danny Yerna se extendió más allá de las paredes de su estudio. Su trabajo contribuyó a la normalización de la modificación corporal en México, desafiando los tabúes y prejuicios de una sociedad conservadora. Su visión ayudó a que el tatuaje y el piercing dejaran de ser vistos como símbolos de rebeldía marginal para ser reconocidos como expresiones artísticas legítimas, como formas de autoafirmación y empoderamiento.

Hoy, la Ciudad de México despide a un pionero, a un artista que dejó una huella imborrable en la cultura urbana. Su partida deja un vacío inmenso, pero también un legado inspirador para las nuevas generaciones de artistas y para todos aquellos que buscan expresarse sin límites. Danny Yerna, el maestro del tatuaje y el piercing, vivirá por siempre en la piel de la ciudad y en el corazón de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Su espíritu, libre y creativo, seguirá inspirando a romper barreras, a desafiar convenciones y a celebrar la belleza de la diferencia. El silencio de su aguja se transforma en el eco de su arte, resonando en la memoria colectiva como un himno a la libertad individual. Su legado, como la tinta en la piel, es permanente.

Fuente: El Heraldo de México