
18 de abril de 2025 a las 03:15
Alerta sanitaria por influenza aviar en Nuevo León
La reciente detección de un brote de influenza aviar AH7N3 en una granja comercial de Marín, Nuevo León, ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias mexicanas. Si bien la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) han asegurado que esta variante, similar a la que ha afectado a la región norte del continente, no representa un riesgo inmediato para el consumo humano de carne de pollo y huevo, la rápida activación del protocolo sanitario de urgencia subraya la seriedad con la que se está abordando la situación.
Esta respuesta inmediata busca contener la propagación del virus y minimizar el impacto en la industria avícola nacional. El establecimiento de un cerco sanitario de 10 kilómetros alrededor de la granja afectada en Marín permitirá un monitoreo exhaustivo y la implementación de medidas de control más específicas. Además, se ha hecho un llamado urgente a todos los productores avícolas del país para que refuercen sus protocolos de bioseguridad. Esto implica una revisión exhaustiva de las prácticas de higiene y manejo dentro de las granjas, desde el control del acceso del personal y vehículos, hasta la desinfección regular de las instalaciones y equipos. La prevención es la clave para evitar la expansión de la enfermedad y proteger la salud de las aves y, por ende, la seguridad alimentaria del país.
Es importante entender que la influenza aviar, también conocida como gripe aviar, es una enfermedad viral que afecta principalmente a las aves. Aunque existen diferentes subtipos, como el H5N1, H7N9 y H5N6, que han demostrado la capacidad de infectar a humanos, la transmisión entre especies no es común. Generalmente, ocurre por contacto directo con aves infectadas, sus fluidos corporales o superficies contaminadas. Si bien el AH7N3 detectado en Nuevo León no se ha asociado a casos humanos, la vigilancia epidemiológica se intensificará para detectar cualquier cambio en el comportamiento del virus.
Los síntomas de la influenza aviar en humanos pueden variar desde una simple gripe hasta cuadros severos de neumonía, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte. Ante cualquier síntoma respiratorio, especialmente si se ha tenido contacto con aves, es crucial buscar atención médica inmediata. La detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para un buen pronóstico.
Más allá de las medidas implementadas por las autoridades, la responsabilidad individual juega un papel crucial en la prevención. Evitar el contacto con aves enfermas o muertas, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, y asegurarse de que los productos avícolas estén bien cocidos son prácticas esenciales para minimizar el riesgo de infección.
Este brote de influenza aviar AH7N3 en Nuevo León nos recuerda la importancia de la bioseguridad en la producción avícola y la necesidad de una vigilancia constante para proteger la salud pública. La colaboración entre autoridades, productores y consumidores es fundamental para controlar la situación y garantizar la seguridad alimentaria del país. Mantenerse informado a través de fuentes oficiales y seguir las recomendaciones sanitarias son acciones clave para enfrentar este desafío. El futuro de la industria avícola y la salud pública dependen de ello.
Fuente: El Heraldo de México