
17 de abril de 2025 a las 23:40
Trump amenaza veto a extranjeros en Harvard
La sombra de la censura se cierne sobre la prestigiosa Universidad de Harvard. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), liderado por Kristi Noem, ha lanzado una ofensiva sin precedentes contra la institución, amenazando con revocar su capacidad de admitir estudiantes internacionales. La acusación: presuntas "actividades ilegales y violentas" llevadas a cabo por estudiantes extranjeros con visa F-1. El ultimátum del DHS exige a Harvard presentar documentación que respalde su cumplimiento en materia de supervisión e información antes del 30 de abril, so pena de perder un pilar fundamental de su comunidad académica: la diversidad internacional.
La tensión se agudiza con la cancelación de dos subvenciones por un total de 2,7 millones de dólares, una cifra que, si bien significativa, palidece ante la dotación de 53.200 millones de dólares de Harvard. Noem justifica la medida argumentando que la universidad, con sus vastos recursos, puede financiar "su propio caos", acusándola además de promover una "ideología antiamericana y pro-Hamás". Estas palabras incendian un debate que trasciende lo académico y se adentra en el terreno político, poniendo en tela de juicio la libertad de expresión y el papel de las instituciones educativas en la sociedad.
La respuesta de Harvard ha sido contundente. A través de un comunicado, la universidad ha reafirmado su compromiso inquebrantable con la libertad académica y el derecho a la manifestación pacífica. Rechaza categóricamente las acusaciones y se erige como defensora de los derechos constitucionales, negándose a ceder ante la presión gubernamental. Además, la institución subraya su rechazo al antisemitismo y a cualquier forma de prejuicio, reafirmando su compromiso con la construcción de un campus inclusivo y respetuoso.
El telón de fondo de esta confrontación lo constituyen las protestas propalestinas que han sacudido numerosos campus universitarios a raíz de la ofensiva militar israelí en Gaza, en respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Estas manifestaciones, que cuentan con la participación de estudiantes de diversas procedencias, han sido interpretadas por el gobierno de Trump como una amenaza a la política exterior estadounidense, acusando a los participantes de simpatizar con Hamás y fomentar el antisemitismo. Los organizadores, por su parte, insisten en que su activismo se centra en la defensa de los derechos humanos de los palestinos y la crítica a la política israelí, desvinculándose de cualquier forma de odio religioso o étnico.
La negativa de Harvard a ceder ante las exigencias del gobierno ha tenido consecuencias inmediatas. El gobierno ha congelado 2.200 millones de dólares en fondos destinados a la universidad y amenaza con revocar su estatus de exención fiscal, una medida que podría tener un impacto devastador en las finanzas de la institución. El Servicio de Impuestos Internos (IRS) ya ha iniciado una revisión con ese objetivo, lo que evidencia la gravedad de la situación. Esta ofensiva no se limita a Harvard; otras prestigiosas universidades como Columbia, Princeton, Brown, Cornell y Northwestern también han sufrido recortes o congelaciones de fondos públicos, creando un clima de incertidumbre y preocupación en el ámbito académico.
En un gesto de solidaridad, Steve Kerr, entrenador de los Golden State Warriors de la NBA, ha mostrado públicamente su apoyo a Harvard. Luciendo una camiseta de baloncesto de la universidad, Kerr ha elogiado la valentía de la institución al enfrentarse al "abusón", en una clara alusión al gobierno de Trump. Este gesto simbólico pone de manifiesto la trascendencia del conflicto, que ha superado los muros de la academia para convertirse en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y la autonomía universitaria. El futuro de Harvard, y con él, el de la libertad académica en Estados Unidos, pende de un hilo. La comunidad internacional observa con atención el desenlace de esta batalla, consciente de que su resultado sentará un precedente crucial para el futuro de la educación superior.
La revocación de visas y la cancelación de procesos de legalización a estudiantes, sin notificación previa ni justificación clara, añade otra capa de complejidad al panorama. Más de 900 estudiantes de 128 universidades se han visto afectados por estas medidas, que han sido denunciadas como arbitrarias e injustas. Las universidades afectadas, desde instituciones privadas de élite hasta grandes universidades públicas, se enfrentan a un desafío sin precedentes: defender los derechos de sus estudiantes frente a un gobierno que parece decidido a silenciar las voces disidentes. La batalla por la libertad académica apenas comienza, y su resultado tendrá profundas implicaciones para el futuro de la educación y la democracia en Estados Unidos.
Fuente: El Heraldo de México