
17 de abril de 2025 a las 12:45
¡Rayados Vence a las Águilas!
La sombra de la duda se cierne sobre el Nido. Cinco jornadas, cinco partidos sin saborear la victoria. Un ayuno goleador que se alarga como un desierto interminable para el América de André Jardine. La derrota, esta vez a manos de Rayados de Monterrey por la mínima (1-0), ha encendido las alarmas en Coapa. El anhelado liderato, la cima que parecía al alcance de las garras águilas, se desdibuja en el horizonte, con Toluca y Cruz Azul acechando como buitres hambrientos a falta de una sola jornada.
El fantasma de la irregularidad persigue a los azulcremas. La falta de un referente en la punta del ataque, un "9" nato que concrete las oportunidades, se ha convertido en un dolor de cabeza para Jardine. El tridente Valdés-Rodríguez-Zendejas, una apuesta arriesgada pero hasta ahora sin la contundencia esperada, se vio truncado prematuramente con la salida del uruguayo por lesión. El ingreso de Dávila como reemplazo intentó tapar el hueco, pero la dinamita por la banda izquierda se apagó.
El encuentro en la Sultana del Norte fue un reflejo de la crisis americanista. Un duelo trabado, con más fricción que fútbol fluido, donde el dominio se diluyó en una maraña de piernas y balones divididos. Las escasas llegadas a portería evidenciaron la falta de ideas y la poca claridad en los últimos metros. Si bien Malagón contuvo sin problemas el tímido intento de Fimbres en la primera mitad, el segundo tiempo destapó las carencias defensivas de las Águilas.
La lesión de Valdés, otra baja sensible en un equipo ya mermado, terminó de desequilibrar la balanza. Monterrey, con más espacios y mayor determinación, encontró el premio a su insistencia. El zapatazo de Deossa, un misil desde fuera del área que sorprendió a Malagón, desató la euforia local y sumió a los americanistas en la frustración. Un gol que vale oro para Rayados, que se aferra a la zona de Play-in, y que representa un duro golpe para las aspiraciones del América.
Ahora, con el cierre del torneo en casa ante Mazatlán, la presión se multiplica. Un partido que se antoja complicado, con un rival que aún sueña con colarse a la fiesta grande. Jardine y sus pupilos deberán sacar el orgullo, encontrar la fórmula perdida y reencontrarse con la victoria para evitar un final de temporada regular que deje un sabor amargo en la afición americanista. La pregunta que resuena en el ambiente es: ¿Podrán las Águilas levantar el vuelo en la última jornada o se consumará la debacle? El tiempo, implacable, dictará sentencia.
Fuente: El Heraldo de México