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17 de abril de 2025 a las 21:45
Niña sobrevive a mordida de pitbull
La pesadilla de cualquier padre se hizo realidad en el tranquilo vecindario de Bay Shore, Long Island. Una tarde aparentemente normal se transformó en un escenario de terror cuando Daniella Schlauch, una niña de tan solo 9 años, fue brutalmente atacada por un pitbull que se había escapado de la casa de un vecino. La imagen de la pequeña subiendo al coche familiar, lista para un nuevo día, se vio interrumpida por la furia desatada del animal. Sin provocación alguna, el perro se abalanzó sobre ella, infligiéndole heridas devastadoras en el rostro, la cabeza, el pie y la mano. La escena, que ningún padre debería presenciar, quedó grabada en la memoria de Theresa y Pat Schlauch, quienes actuaron con la desesperación y el coraje que solo el amor paternal puede brindar.
El relato de los padres es estremecedor. Imaginen la impotencia de ver a su hija atrapada en las fauces de un animal descontrolado. Theresa describe cómo su esposo, sin dudarlo un instante, se lanzó sobre el pitbull, mientras su otra hija, en un acto de valentía impensable para su edad, intentaba levantar las patas del animal para liberar a su hermana. Segundos que parecieron una eternidad, una lucha desesperada contra el tiempo y la ferocidad del ataque.
Las consecuencias del ataque son desgarradoras. Daniella sufrió una conmoción cerebral, necesitó cientos de puntos y grapas para cerrar las profundas heridas, y los médicos tuvieron que realizar una compleja cirugía para reimplantarle parte de la oreja. La posibilidad de perder un ojo se cernía sobre la pequeña, añadiendo aún más angustia a la ya traumática experiencia. La imagen de su rostro, desfigurado por las mordidas, es un testimonio silencioso del horror vivido.
Pero más allá del dolor físico, se encuentra el trauma psicológico. La niña, que antes disfrutaba de la inocencia de su edad, ahora carga con la sombra del miedo. ¿Cómo podrá volver a confiar en un animal? ¿Cómo podrá borrar de su mente la imagen del pitbull abalanzándose sobre ella? El camino hacia la recuperación será largo y arduo, tanto física como emocionalmente.
Lo que agrava aún más esta tragedia es la aparente negligencia del dueño del perro. Según la familia Schlauch, esta no es la primera vez que el pitbull escapa de la propiedad. La puerta trasera sin cerradura ni cerca se convierte en un símbolo de la irresponsabilidad que puso en peligro la vida de Daniella. ¿Cuántas veces se ha repetido esta escena? ¿Cuántas veces han estado los vecinos a merced de un animal potencialmente peligroso?
La denuncia presentada por los padres de Daniella no solo busca justicia para su hija, sino también proteger a la comunidad. El pitbull sigue viviendo en la casa de al lado, representando una amenaza latente para todos los residentes, especialmente para los niños. La incertidumbre y el miedo se han apoderado del vecindario. ¿Quién será la próxima víctima?
Las autoridades han respondido con la celeridad que el caso amerita. El propietario del pitbull ha sido citado y se le ha ordenado obtener el registro correspondiente del canino, así como someterlo a una cuarentena de 10 días para descartar la rabia. Sin embargo, la verdadera prueba llegará con la revisión del caso por parte de un juez de distrito. ¿Serán suficientes estas medidas para garantizar la seguridad de la comunidad? ¿Se considerará al animal una amenaza pública y se tomarán las medidas necesarias, ya sea reentrenamiento, reubicación o incluso el sacrificio? La decisión del juez marcará un precedente y enviará un mensaje claro sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas en la prevención de tragedias como esta. El futuro de Daniella y la tranquilidad del vecindario dependen de ello.
Fuente: El Heraldo de México