Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Lujo

17 de abril de 2025 a las 23:10

Influencer prefiere lujo, la tunden en TikTok

La creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China ha desatado una ola de consecuencias imprevistas, extendiendo sus ondas expansivas más allá de las esferas económicas y políticas, hasta llegar al corazón mismo del internet y la cultura de consumo. Videos virales en TikTok, protagonizados por comerciantes chinos que afirman ser los fabricantes de productos para reconocidas marcas de lujo, han encendido un debate global sobre el capitalismo, la autenticidad y el valor percibido de las marcas. Este fenómeno ha puesto en el ojo del huracán a figuras públicas, influencers y consumidores que exhiben sus colecciones de artículos de lujo, generando una conversación en torno a la ética del consumo ostentoso en un contexto de desigualdad económica.

La controversia ha trascendido fronteras, llegando a México, donde creadoras de contenido como Priscila Escoto y Florencia Guillot se han visto envueltas en la polémica. Sin embargo, el caso de la influencer Fernanda Argotte (@fernandargotte) ha cobrado especial relevancia. Dedicada a la venta de bolsos de lujo, Argotte ha sido blanco de críticas por los elevados precios de las marcas que promueve, como Chanel, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent y Prada, especialmente a la luz de las revelaciones de los comerciantes chinos.

Un video anterior de Argotte, en el que destruía un bolso no original, ha resurgido con fuerza en medio de la controversia. Si bien en su momento generó opiniones divididas, la actual coyuntura le ha dado una nueva dimensión, avivando el debate sobre la calidad versus la autenticidad. Argotte, en una reciente declaración, ha reafirmado su postura, argumentando que prefiere pagar por el lujo y la exclusividad que representa la marca, más allá de la calidad del producto en sí.

"Sigo en la misma postura. Esa bolsa no era original", declaró Argotte en un video que rápidamente se ha viralizado. La influencer argumenta que, aunque los fabricantes chinos utilicen materiales y diseños similares a los de las marcas de lujo, la ausencia del sello de la firma les resta valor. "Ese pequeño detalle es lo que la hace 100% auténtica", afirmó, insistiendo en que la compra de artículos de lujo se basa en la apreciación de la marca y lo que representa, más que en la calidad del producto. Incluso ha mencionado ejemplos de artículos vintage de diseñadores de renombre, cuya calidad podría no ser óptima, pero que mantienen su valor por la exclusividad y la historia que representan.

Estas declaraciones han desatado una cascada de reacciones en redes sociales, con usuarios cuestionando su postura y la lógica de consumo que promueve. Mientras algunos defienden su derecho a consumir lo que desee, otros critican la desconexión con la realidad de la mayoría de la población y la aparente indiferencia ante las implicaciones éticas de la industria del lujo. La polémica ha abierto un debate más amplio sobre el valor real de las marcas, la influencia de la publicidad y la cultura del consumismo en la sociedad actual. Algunos comentarios irónicos en redes sociales, como "Yo la menos aferrada", "primera etapa: negación" o "mi amiga la que siempre tiene la razón", reflejan el escepticismo y la desaprobación generalizada hacia la postura de la influencer.

Argotte, en respuesta a las críticas, ha invitado a sus detractores a compartir pruebas de que los fabricantes chinos suministran productos a las marcas de lujo, argumentando que el sector del lujo no desaparecerá y que cada consumidor es libre de elegir dónde y qué comprar. Sin embargo, esta respuesta no ha hecho más que alimentar la controversia, generando aún más cuestionamientos sobre la sostenibilidad del modelo de negocio de las marcas de lujo y la responsabilidad de los influencers en la promoción de un consumo consciente y ético.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, lejos de limitarse a un enfrentamiento económico, ha destapado una compleja red de relaciones comerciales y de producción, poniendo en tela de juicio los fundamentos mismos de la industria del lujo y generando una reflexión profunda sobre los valores y las prioridades de la sociedad actual. El debate continúa abierto, y el futuro del consumo de lujo, tal como lo conocemos, podría estar en juego.

Fuente: El Heraldo de México