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17 de abril de 2025 a las 18:30

¡Evita multas! Sábado de Gloria sin desperdiciar agua.

La tradición del Sábado de Gloria, un ritual arraigado en la memoria colectiva que simboliza la purificación a través del agua en la víspera de la resurrección de Jesús, se enfrenta a una realidad ineludible: la escasez de agua en la Ciudad de México. Este choque entre tradición y necesidad ha llevado a las autoridades a implementar medidas restrictivas que buscan preservar el vital líquido, imponiendo sanciones a quienes insistan en perpetuar la costumbre del remojón callejero.

Aunque para muchos el Sábado de Gloria evoca imágenes de alegría y jolgorio, es fundamental comprender la gravedad de la situación hídrica que atraviesa la capital. El agua, fuente de vida, se ha convertido en un recurso preciado que debemos proteger. La crisis ecológica actual nos exige replantear nuestras tradiciones y buscar alternativas que no comprometan el futuro de las próximas generaciones.

Las sanciones por desperdiciar agua no son un capricho de las autoridades, sino una medida necesaria para garantizar el acceso equitativo a este recurso fundamental. La Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, en su artículo 29, fracción VIII, establece claramente las consecuencias de infringir esta norma, que van desde trabajo comunitario hasta arresto. Además, la Ley del Derecho al Acceso, Disposición y Saneamiento del Agua de la Ciudad de México, en su artículo 110, fracción XIII, contempla multas económicas que pueden alcanzar cifras considerables, un recordatorio contundente del valor del agua en la actualidad.

Es importante destacar que estas sanciones no se limitan al Sábado de Gloria, sino que están vigentes de manera permanente. Sin embargo, durante la Semana Santa, la vigilancia se intensifica debido a la afluencia de personas que participan en esta tradición. El gobierno de la Ciudad de México ha implementado operativos especiales para garantizar el cumplimiento de la ley y concientizar a la población sobre la importancia de cuidar el agua.

Más allá de las sanciones, la reflexión sobre nuestras acciones es crucial. ¿Vale la pena arriesgarnos a una multa o un arresto por una tradición que, en el contexto actual, resulta irresponsable? La respuesta es un rotundo no. La preservación del agua es una responsabilidad compartida que exige un compromiso individual y colectivo.

Existen alternativas para celebrar el Sábado de Gloria sin desperdiciar agua. Podemos optar por reflexionar sobre el significado espiritual de la fecha, participar en actividades religiosas que no impliquen el uso excesivo de agua o simplemente disfrutar de la convivencia familiar en un ambiente de respeto y armonía.

La Semana Santa es un tiempo de reflexión y renovación. Aprovechemos esta oportunidad para reflexionar sobre nuestro impacto en el medio ambiente y adoptar prácticas más sostenibles. El agua es un tesoro que debemos cuidar, no solo durante la Semana Santa, sino todos los días del año. Informémonos, concienticemos y actuemos con responsabilidad. El futuro del planeta está en nuestras manos. Recordemos que el respeto por el agua es un acto de amor propio y de respeto hacia las futuras generaciones.

Fuente: El Heraldo de México