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17 de abril de 2025 a las 03:10

Estudiante acusa: "No lo conozco" dice presunto acosador

La inseguridad que viven las mujeres al transportarse en la Ciudad de México es una realidad lacerante. El testimonio de esta estudiante de la UAM-Xochimilco nos recuerda la vulnerabilidad a la que nos enfrentamos día a día. No se trata solo de un incidente aislado, sino de un patrón de acoso que muchas hemos experimentado. Desde los "piropos" incómodos hasta el seguimiento insistente, el miedo se convierte en un compañero constante en nuestros trayectos.

La valentía de esta joven al hacer pública su experiencia es admirable. Romper el silencio es el primer paso para visibilizar este problema y generar una red de apoyo entre mujeres. Su testimonio no solo alerta a otras estudiantes de la UAM-Xochimilco sobre la presencia de este individuo en particular, sino que también nos invita a reflexionar sobre la normalización del acoso en el espacio público. ¿Cuántas veces hemos mirado hacia otro lado, fingiendo no ver la incomodidad de otra mujer ante una mirada lasciva o un comentario inapropiado?

La respuesta del presunto acosador, justificándose con horarios y fechas, no hace más que evidenciar la falta de conciencia sobre la gravedad de sus actos. Minimizar el impacto del acoso, reduciéndolo a una "malinterpretación" o a una "exageración", perpetúa la cultura de la impunidad. Es importante destacar que el testimonio de la estudiante se ve reforzado por otros comentarios en la publicación, que señalan al mismo individuo como responsable de acosar a otras alumnas de la institución. Esto nos muestra que no se trata de un caso aislado, sino de una conducta reiterada que debe ser abordada con seriedad.

Las autoridades universitarias tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus estudiantes, tanto dentro como fuera del campus. Implementar medidas de vigilancia en las zonas aledañas a la universidad, así como establecer protocolos claros para atender las denuncias de acoso, son pasos cruciales para crear un entorno seguro. Además, es fundamental promover campañas de sensibilización y concientización para erradicar la cultura del acoso y fomentar el respeto hacia las mujeres.

La solidaridad entre mujeres es fundamental en la lucha contra el acoso. Acompañar a quienes denuncian, creer en sus testimonios y exigir justicia son acciones que contribuyen a romper el ciclo de violencia. No podemos permitir que el miedo nos paralice. Alzar la voz, compartir nuestras experiencias y construir redes de apoyo son herramientas poderosas para transformar la realidad y construir una sociedad más justa e igualitaria. El caso de la estudiante de la UAM-Xochimilco nos recuerda que la lucha contra el acoso es una tarea colectiva que exige la participación de todos y todas.

Fuente: El Heraldo de México