La angustia se extiende como una sombra sobre Toluca, Estado de México. Una madre y su pequeño hijo se han esfumado, dejando tras de sí un silencio desgarrador y una familia sumida en la desesperación. Angélica Jacinto Baje, de 29 años, y su hijo Erick, de tan solo dos, desaparecieron el pasado 15 de abril de 2025, un día que quedará marcado para siempre en la memoria de sus seres queridos. Salieron de su domicilio sin dejar rastro, sin una palabra que indicara su destino, un vacío que ahora las autoridades y la ciudadanía intentan llenar con la esperanza de encontrarlos sanos y salvos.

La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México (COBUPEM) ha lanzado una alerta urgente, movilizando todos sus recursos para dar con el paradero de Angélica y Erick. La incertidumbre carcome a la comunidad, el temor de que hayan sido víctimas de algún delito es una posibilidad que nadie quiere contemplar, pero que se cierne como una amenaza palpable. Cada minuto que pasa es crucial, y la colaboración ciudadana se convierte en una herramienta indispensable en esta carrera contra el tiempo.

Imaginen la escena: una madre joven, con el cabello castaño oscuro cayendo sobre sus hombros, vistiendo una playera blanca, chaleco y pantalón de mezclilla clara, y tenis blancos Converse. A su lado, su pequeño Erick, con su gorra azul y roja, sudadera con dinosaurios y pantalones de mezclilla oscuros, aferrado quizás a la mano de su madre. Intenten visualizarlos, recuerden sus rostros. Quizás un detalle, un recuerdo fugaz, pueda ser la pieza clave que resuelva este angustiante rompecabezas.

La descripción de Erick, con sus 93 centímetros de altura, sus ojos café claro y su cabello castaño claro y corto, conmueve hasta lo más profundo. Un niño de apenas dos años, con toda una vida por delante, cuya inocencia se ve amenazada por una situación que escapa a su comprensión. La mención de las manchas rojas en su entrepierna, una seña particular que podría ayudar a identificarlo, añade un toque de desgarradora vulnerabilidad a su imagen.

Angélica, con su 1.56 metros de estatura y su complexión robusta, seguramente irradiaba la fuerza y el amor de una madre protectora. Su diente frontal superior encimado, un detalle aparentemente insignificante, se convierte ahora en una marca distintiva que podría ser la clave para su reconocimiento.

Las autoridades han habilitado las líneas telefónicas 800 216 0361, 800 509 0927 y 800 890 29 40 para recibir cualquier información que pueda ayudar a encontrar a Angélica y Erick. No importa cuán pequeño o insignificante parezca el dato, cualquier pista puede ser crucial. Un recuerdo, una imagen, una conversación… todo puede marcar la diferencia.

La Fiscalía del Estado de México (@FiscaliaEdomex) se ha unido a la búsqueda, amplificando el llamado a la solidaridad a través de las redes sociales. La etiqueta #TodosEnLaBúsqueda se ha convertido en un grito de esperanza, en un clamor colectivo que busca romper el silencio y traer de vuelta a Angélica y a su pequeño Erick al calor de su hogar.

No permanezcamos indiferentes. La solidaridad es la fuerza más poderosa que tenemos. Observemos, recordemos, compartamos la información. Juntos podemos tejer una red de esperanza que nos permita encontrar a Angélica y Erick, y devolver la tranquilidad a sus seres queridos. El tiempo apremia, y cada segundo cuenta. Hagamos que la esperanza brille más fuerte que la incertidumbre.