
17 de abril de 2025 a las 16:35
Descubre las lecturas del Jueves Santo
El Jueves Santo nos envuelve en una atmósfera cargada de simbolismo y emotividad. Es el día en que conmemoramos la Última Cena, un momento crucial en la vida de Jesús y el preludio de su Pasión. Imaginemos por un momento ese escenario: Jesús, rodeado de sus discípulos, compartiendo el pan y el vino en un ambiente de aparente serenidad, pero con la sombra de la traición acechando en la figura de Judas. Este acto, aparentemente simple, se convierte en la institución de la Eucaristía, el sacramento central de la fe cristiana. "Tomen y coman; esto es mi cuerpo… Beban todos ustedes de este vino. Esto es mi sangre". Palabras que resuenan a través de los siglos y que nos invitan a participar en la comunión, a unirnos a Cristo en un acto de amor y entrega.
Más allá de la institución de la Eucaristía, el Jueves Santo también se caracteriza por el gesto profundamente conmovedor del lavatorio de pies. Jesús, en un acto de humildad inigualable, se inclina ante sus discípulos y les lava los pies, un servicio que en aquella época era realizado por los sirvientes. Este acto, cargado de significado, nos enseña la importancia del servicio, de la entrega a los demás, de la humildad como camino para alcanzar la verdadera grandeza. No se trata simplemente de un ritual, sino de una invitación a imitar a Jesús, a despojarnos de nuestro egoísmo y a servir a nuestros hermanos con amor y compasión.
La lectura del Evangelio de San Juan (13, 1-15) nos sumerge en la profundidad de este momento. Jesús, consciente de su inminente sacrificio, nos muestra su amor incondicional, un amor que llega "hasta el extremo". La traición de Judas se presenta como un contraste doloroso, una sombra que se cierne sobre la escena, pero que no logra opacar la luz del amor de Jesús. Incluso ante la traición, Jesús nos invita al perdón, a la comprensión, a no dejarnos vencer por el rencor. Nos recuerda que la verdadera limpieza no es solo física, sino también espiritual, y que debemos esforzarnos por purificar nuestro corazón de todo aquello que nos aleja de Dios y de nuestros hermanos.
El lavatorio de pies no es un acto aislado, sino una enseñanza que debemos aplicar en nuestra vida diaria. "Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis". Estas palabras de Jesús son un llamado a la acción, una invitación a seguir sus pasos, a servir a los demás con humildad y amor. No se trata de un acto simbólico, sino de una forma de vida, de una actitud que debe permear todas nuestras acciones.
En este Jueves Santo, reflexionemos sobre el significado profundo de la Última Cena, del lavatorio de pies y de la traición de Judas. Dejémonos interpelar por el amor incondicional de Jesús y comprometámonos a seguir su ejemplo, a servir a los demás con humildad y a construir un mundo más justo y fraterno, donde el amor y la compasión sean la norma, no la excepción. Recordemos que la verdadera grandeza se encuentra en el servicio, en la entrega a los demás, en la humildad que nos permite reconocer nuestra propia fragilidad y la necesidad de apoyarnos mutuamente. Que este Jueves Santo sea una oportunidad para renovar nuestra fe y nuestro compromiso con el Evangelio, para caminar hacia la Pascua con un corazón limpio y dispuesto a amar hasta el extremo.
Fuente: El Heraldo de México