17 de abril de 2025 a las 03:50
Descubre el Salón París
Adéntrate en un viaje al pasado en la colonia Santa María la Ribera, un barrio que respira historia en cada una de sus casonas. Fundada en 1861 como refugio de la élite porfiriana, estas calles han sido testigo del ir y venir de grandes personalidades, entre ellas, un joven José Alfredo Jiménez, quien, guitarra en mano, encontraría en un rincón de esta colonia la inspiración para componer algunas de las canciones más emblemáticas de la música mexicana. ¿Quién no ha entonado a todo pulmón "El Último Trago" alguna vez? Pues su génesis se encuentra entre estas calles llenas de magia.
En medio de esta revitalizada colonia, donde cafés y restaurantes modernos intentan abrirse paso, se erige un bastión de la tradición: el Salón París. Esta cantina, fundada en 1934, es un verdadero tesoro para los vecinos de la Santa María, un lugar que ha visto crecer generaciones y que ahora abre sus puertas a un público cada vez más diverso, incluyendo a turistas extranjeros fascinados por su encanto único.
Al cruzar el umbral del Salón París, la atmósfera te envuelve en un abrazo de nostalgia. La alegría de los meseros, siempre dispuestos a ofrecerte la mejor mesa, te hace sentir como en casa. Las conversaciones fluyen entre amigos, entrelazándose con los ecos del pasado, creando una sinfonía de recuerdos y risas.
La experiencia en una cantina tradicional no estaría completa sin la botana, un desfile de sabores que acompaña cada trago. Ya sea una cerveza bien fría o un tequila reposado, la comida corre por cuenta de la casa. Una tradición que invita a la convivencia y al disfrute sin preocupaciones.
Los meseros, con orgullo en la voz, relatan la historia del Salón París, un lugar donde el tequila fluye como un río y donde José Alfredo Jiménez, "El Rey", dio sus primeros pasos hacia la gloria. Fotografías del legendario cantante adornan las paredes, mientras sus canciones resuenan en el ambiente, creando una banda sonora perfecta para una noche inolvidable.
Un rincón especial rinde homenaje a José Alfredo, con una estatua que inmortaliza su presencia en este emblemático lugar. La rockola, fiel compañera de la noche, ofrece una selección musical para todos los gustos, desde salsas que invitan al baile hasta las baladas románticas que evocan suspiros.
Para los amantes de la aventura, la carta de bebidas del Salón París es un verdadero paraíso. Desde botellas para los puristas hasta tragos elaborados con maestría, hay una opción para cada paladar. Y si eres de los que prefieren los clásicos, no puedes dejar de probar la cuba, la lagartija, la piedra, una refrescante conga o un digestivo Alfonso XIII.
El Salón París te espera en Jaime Torres Bodet 151, en el corazón de la Santa María la Ribera. Si viajas en transporte público, la estación de Metro y Metrobús Buenavista es la más cercana. Un corto paseo hacia el Kiosko Morisco te llevará directo a este rincón mágico de la Ciudad de México.
No dejes pasar la oportunidad de vivir esta experiencia única. Si bien aceptan tarjetas, recuerda llevar efectivo para la propina, una para el mesero y otra para el botanero, una costumbre que honra la tradición y el servicio excepcional de este lugar.
Fuente: El Heraldo de México