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17 de abril de 2025 a las 04:05

Descubre al Ciberapóstol Carlo Acutis

Asís, la ciudad que vibra con la espiritualidad de San Francisco y Santa Clara, se encuentra en el umbral de un nuevo capítulo en su rica historia religiosa. Un joven del siglo XXI, Carlo Acutis, está a punto de ser canonizado, atrayendo la atención del mundo hacia esta ciudad umbra de callejuelas empedradas y vistas panorámicas. Mientras las imágenes de santos medievales adornan los escaparates, la figura de un adolescente con polo rojo y una sonrisa contagiosa comienza a ganar protagonismo. Carlo, quien falleció de leucemia en 2006 a la temprana edad de 15 años, será el primer santo del siglo XXI, un hecho que resonará con especial fuerza entre las nuevas generaciones.

La expectación es palpable. Peregrinos de todo el mundo se congregan en el Santuario de la Expoliación para rezar ante el cuerpo de Carlo, expuesto desde 2022. La escena conmueve: fieles arrodillados, manos rozando el cristal de la tumba, oraciones depositadas en urnas. La imagen del joven, vestido con ropa casual – jeans, tenis, chamarra deportiva – y un rosario entre las manos, impacta por su modernidad y cercanía. El excelente estado de conservación del cuerpo, gracias a técnicas de embalsamamiento, sorprende a muchos. Para los jóvenes, acostumbrados a las representaciones de santos de épocas remotas, la figura de Carlo, contemporáneo y accesible, resulta especialmente atractiva. Su estilo, tan similar al de cualquier adolescente, facilita la identificación y despierta una conexión inmediata. "Es genial ver a alguien que se parece a ti, que lleva la misma ropa que tú", comenta una joven peregrina estadounidense, emocionada ante la perspectiva de asistir a la canonización en Roma.

La historia de Carlo es la de un joven excepcional. Nacido en Londres en el seno de una familia italiana acomodada y no particularmente religiosa, Carlo desarrolló una profunda fe desde muy temprana edad. Acostumbraba a asistir a misa diariamente, un testimonio de su devoción. Su madre, Antonia Salzano, lo recuerda como un niño obediente y generoso, siempre dispuesto a compartir sus juguetes sin quejarse. "Tenía la impresión de que era especial", confiesa, recordando cómo Carlo, a la edad de nueve años, ya se preocupaba por las personas sin hogar, llevándoles comida y cuestionando las desigualdades sociales.

Dotado de un talento innato para la informática, Carlo vio en internet una herramienta para evangelizar. Creó una exposición digital sobre los milagros eucarísticos, lo que le valió el apodo de "ciberapóstol" o "Geek de Dios". En un mundo cada vez más digitalizado, donde la tecnología a menudo absorbe y distrae, Carlo se erige como un símbolo de esperanza. Demostró que la tecnología, en las manos correctas, puede ser un instrumento para el bien, un canal para difundir valores y conectar con la espiritualidad.

El Vaticano ha reconocido dos milagros atribuidos a Carlo: la curación de un niño brasileño con una grave malformación del páncreas y la de una estudiante costarricense herida en un accidente. En ambos casos, las familias habían invocado la intercesión del joven. "Cada día recibimos noticias de milagros, curaciones y conversiones", afirma su madre. La canonización de Carlo se espera con gran expectación, no solo en Asís, sino en todo el mundo. La ciudad, donde Carlo solía pasar sus vacaciones, se prepara para recibir un flujo aún mayor de peregrinos. Las tiendas de recuerdos ya ofrecen una variedad de artículos con la imagen de Carlo, desde estatuillas e íconos hasta camisetas y toallas. Si bien existe el riesgo de una comercialización excesiva, la demanda de estos objetos refleja el impacto profundo que Carlo ha tenido en la vida de muchas personas.

El obispo de Asís, autor de un libro que explora los vínculos entre Carlo, Clara y Francisco, confía en que la canonización atraerá a un público más amplio y revitalizará la espiritualidad franciscana. Carlo, según el obispo, supo reinterpretar la esencia del mensaje de San Francisco para el mundo contemporáneo. Su figura, moderna y cercana, se presenta como un puente entre la tradición y la actualidad, un ejemplo inspirador para los jóvenes del siglo XXI.

Fuente: El Heraldo de México