
18 de abril de 2025 a las 01:25
CDMX: ¿Adiós al español? Turista rusa se queja
La Condesa, otrora un remanso bohemio de la Ciudad de México, un crisol donde se fundían artistas, intelectuales y familias tradicionales, se ha transformado. Sus calles, antes impregnadas del aroma a café de olla y pan dulce recién horneado, ahora vibran con un nuevo ritmo, un nuevo idioma. El inglés, como una ola imparable, se ha extendido por sus rincones, salpicando conversaciones, menús y letreros, dejando a algunos, como nuestra protagonista rusa, con una sensación de extrañeza, de desconcierto.
@guera__rusa, una joven llena de ilusiones, llegó a México con la maleta llena de sueños y la firme convicción de sumergirse en la riqueza del español. Tras recorrer diversos rincones del Valle de México, desde el bullicio popular de Tlalnepantla hasta la dinámica Naucalpan, se asentó en la Condesa, esperando encontrar la culminación de su aprendizaje lingüístico. Sin embargo, la realidad la golpeó de frente. El español, ese idioma que tanto anhelaba practicar, se veía eclipsado por el inglés, omnipresente en cada esquina.
Su lamento, expresado a través de un video en TikTok, ha resonado en las redes sociales como un eco en un valle. “Si estamos viviendo en México, ¿por qué no hablan en español?”, una pregunta simple, pero cargada de significado, que ha abierto un debate apasionado. Muchos se han solidarizado con su experiencia, compartiendo anécdotas similares, historias de frustración al intentar comunicarse en su propia tierra. Otros, en cambio, defienden la multiculturalidad de la Condesa, argumentando que la llegada de extranjeros, especialmente con el auge del teletrabajo, ha enriquecido la zona, aportando nuevas perspectivas y dinamizando la economía local.
La pandemia, ese evento disruptivo que cambió al mundo, ha dejado una huella profunda en la dinámica urbana de la Ciudad de México. La posibilidad de trabajar desde cualquier lugar ha convertido a la capital mexicana en un imán para nómadas digitales, muchos de ellos angloparlantes, que han encontrado en la Condesa un oasis urbano, con sus cafés acogedores, sus restaurantes cosmopolitas y su ambiente vibrante. Esta afluencia de extranjeros, si bien ha generado una inyección económica, también ha provocado una transformación cultural, un cambio en el paisaje lingüístico que no ha pasado desapercibido.
El dilema de @guera__rusa es el reflejo de una realidad compleja, un choque cultural en pleno siglo XXI. La globalización, con sus luces y sombras, ha difuminado fronteras, creando espacios híbridos donde las culturas se entremezclan, a veces en armonía, a veces en tensión. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿cómo equilibrar la apertura a lo global con la preservación de lo local? ¿Cómo integrar a los recién llegados sin que ello implique la pérdida de la identidad cultural?
La joven rusa, con su desilusión a flor de piel, se pregunta si tiene sentido seguir estudiando español en un entorno donde, paradójicamente, no encuentra la oportunidad de practicarlo. Su historia, más allá de la anécdota personal, nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la riqueza lingüística, de valorar el español como un tesoro cultural que nos une y nos define como mexicanos. El debate sigue abierto, las opiniones encontradas. La Condesa, en su constante transformación, se convierte en el escenario de un diálogo intercultural que apenas comienza.
Fuente: El Heraldo de México