Sumérjanse en una experiencia sensorial única que trasciende la narrativa bíblica. "La Pasión", una audaz reinterpretación coreográfica de la obra maestra de Bach, llega a los escenarios para conmover y provocar la reflexión. Rodrigo González, el visionario detrás de esta propuesta de La Infinita Compañía, nos invita a un viaje introspectivo donde el cuerpo se convierte en el lienzo de las emociones más profundas. Olvídense de la escenografía recargada y los efectos visuales deslumbrantes. Aquí, la potencia expresiva reside en la pureza del movimiento, en la respiración audible de los intérpretes, en la desnudez de sus gestos. Cada músculo, cada tendón, cada fibra del ser se convierte en un vehículo para transmitir el dolor, la entrega, la compasión y la búsqueda de trascendencia que definen la esencia misma de la pasión humana.

No se trata simplemente de recrear la historia de Jesús, sino de explorar la universalidad del sufrimiento, el sacrificio y la responsabilidad compartida en tiempos de crisis. González nos invita a conectar con nuestra propia humanidad a través de la contemplación de la danza, a confrontarnos con las preguntas esenciales que nos definen como seres humanos. Imaginen a Javier Moreno, en la piel de Jesús, expresando con una fisicalidad conmovedora la angustia y la trascendencia del personaje. Visualicen la inquietante presencia de Yaroslav Villafuente, encarnando al diablo con la intensidad dramática del butoh, inyectando tensión y oscuridad a la escena. La interacción entre estos dos polos opuestos crea una dinámica fascinante que nos mantiene al borde del asiento.

Pero la audacia de "La Pasión" no se limita a su propuesta estética minimalista. González rompe con la tradición al culminar la obra con la muerte de Cristo, en lugar de su resurrección. Un final provocador que nos interpela directamente, recordándonos que la misión del redentor ha concluido y que ahora la responsabilidad de la transformación recae sobre nosotros. ¿Estamos preparados para asumirla? Esta es la pregunta que resuena en el silencio que sigue al último movimiento, la semilla de la reflexión que González siembra en el corazón del espectador.

No pierdan la oportunidad de vivir esta experiencia catártica. "La Pasión" les espera en el majestuoso Castillo de Chapultepec, un escenario histórico que añade otra capa de significado a esta obra contemporánea. Las funciones son limitadas, así que aseguren su lugar y prepárense para ser transformados por la fuerza visceral de la danza. Una experiencia que no sólo conmoverá sus sentidos, sino que también despertará su conciencia colectiva.