Ante la inminente llegada de la Semana Santa, y con el aumento de la movilidad social que esto implica, la Secretaría de Salud ha lanzado un llamado urgente a la población para vacunarse contra el sarampión. La preocupación se fundamenta en los 362 casos confirmados a nivel nacional, cifra revelada por el secretario de Salud, David Kershenobich, durante la conferencia matutina de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Este dato enciende las alarmas y nos recuerda la importancia de la prevención, especialmente en un periodo vacacional donde el contacto entre personas se intensifica.

El sarampión, una enfermedad que muchos creíamos relegada al pasado, vuelve a ser protagonista en el panorama sanitario. Sus síntomas, que se manifiestan entre ocho y doce días después del contagio, son fácilmente reconocibles: fiebre alta, rinorrea (secreción nasal), conjuntivitis (enrojecimiento de los ojos) y la aparición de pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Posteriormente, se desarrolla un exantema, una erupción cutánea que se caracteriza por piel caliente, irritada, escamosa y con picazón. Esta erupción, que inicialmente aparece en una zona específica del cuerpo, se extiende gradualmente.

Si bien no existe un tratamiento específico para el sarampión, la mayoría de los pacientes se recuperan en un plazo de dos a tres semanas. Sin embargo, no debemos subestimar la gravedad de esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre sus posibles complicaciones, que pueden ser trascendentales para la salud.

La naturaleza viral del sarampión facilita su transmisión. El contagio se produce por contacto directo, a través de la saliva y las mucosas que la persona infectada expulsa al toser, estornudar o incluso hablar. Es por ello que la prevención, a través de la vacunación, se vuelve crucial. Además, debemos recordar que existen periodos del año donde la vulnerabilidad al contagio aumenta. En México, los primeros cuatro meses del año, coincidiendo con el final del invierno y el inicio de la primavera, son especialmente críticos.

A pesar de que la vacuna contra el sarampión existe en México desde 1970, y que en 1998 fue sustituida por la triple viral (que protege contra sarampión, rubéola y parotiditis), la cobertura en los últimos 15 años no ha alcanzado los niveles óptimos. Esto ha dejado a muchos jóvenes sin la protección necesaria, lo que explica en parte el resurgimiento de esta enfermedad. Es fundamental que los padres de familia revisen las cartillas de vacunación de sus hijos y, en caso de no estar completos los esquemas, acudan a los centros de salud para recibir la dosis correspondiente.

La información es nuestra mejor aliada. Consulten el mapa actualizado con las cifras de contagios de sarampión en su localidad y tomen las medidas necesarias para protegerse y proteger a sus familias. No bajemos la guardia. La prevención es la clave para evitar la propagación de esta enfermedad y disfrutar de una Semana Santa tranquila y saludable. Recuerden que la salud es un bien preciado y que la responsabilidad individual contribuye al bienestar colectivo.