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17 de abril de 2025 a las 06:55

Adolescentes detenidos con 5000 hormigas

La creciente demanda de mascotas exóticas está impulsando un mercado negro de especies insólitas, y Kenia se encuentra en el epicentro de una nueva y preocupante tendencia: el tráfico de hormigas. Dos jóvenes belgas, Lornoy David y Seppe Lodewijckx, ambos de 19 años, fueron detenidos en Nakuru con un cargamento de 5,000 hormigas meticulosamente empaquetadas en tubos de ensayo. Imaginen la escena: miles de estos pequeños insectos, incluyendo la imponente Messor cephalotes, una hormiga cosechadora de color rojizo, preparadas para un viaje transcontinental hacia Europa y Asia, donde serían vendidas como curiosidades vivientes. La defensa de los jóvenes, que alegaron estar recolectándolas “por diversión”, contrasta con la gravedad de la acusación: tráfico ilegal de vida silvestre. ¿Desconocimiento genuino o una ingenua fachada para encubrir una actividad ilícita? Las autoridades kenianas no parecen convencidas.

Este caso no es un hecho aislado. En una operación paralela, el keniano Dennis Ng'ang'a y el vietnamita Duh Hung Nguyen fueron arrestados en Nairobi con otras 400 hormigas. El Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS) ha conectado los puntos, revelando una red internacional dedicada a la exportación de estas diminutas criaturas. El valor estimado de las hormigas confiscadas asciende a un millón de chelines kenianos, una cifra que pone en perspectiva la lucrativa naturaleza de este comercio clandestino. Pero el costo real va mucho más allá del dinero. Estamos hablando de la sustracción de un recurso natural vital, un robo a la biodiversidad keniana y una amenaza potencial para los ecosistemas globales.

Philip Muruthi, vicepresidente de conservación de la Africa Wildlife Foundation, nos recuerda el papel fundamental que desempeñan las hormigas en el delicado equilibrio de la naturaleza. Desde la fertilidad del suelo hasta la alimentación de otras especies, estos insectos son piezas clave en el engranaje de la vida. Su extracción indiscriminada no solo empobrece los ecosistemas locales, sino que también abre la puerta a riesgos sanitarios. ¿Podrían estas hormigas ser portadoras de enfermedades que afecten la agricultura en sus destinos finales? La pregunta queda en el aire, una inquietante señal de alerta ante las consecuencias imprevisibles del tráfico de especies.

Kenia, históricamente azotada por el tráfico de animales emblemáticos como elefantes y rinocerontes, ahora enfrenta un nuevo desafío. Este caso marca un punto de inflexión, una llamada de atención hacia la necesidad de proteger incluso a las criaturas más pequeñas. "Nadie debería apropiarse de nuestros recursos sin control", sentencia Muruthi, un llamado a la acción que exige una regulación más estricta y una mayor vigilancia sobre el patrimonio natural del país. Mientras los cuatro acusados permanecen bajo custodia a la espera del desenlace judicial, este caso nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos con la biodiversidad y la importancia de combatir el tráfico de especies en todas sus formas, desde los majestuosos elefantes hasta las humildes hormigas. El futuro de nuestro planeta depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México