El sol mañanero pintaba de dorado la arena de Playa Miramar cuando "La Pecerita", un minibús a reventar de risas y expectativas, llegaba desde Monterrey. A bordo, más de 25 integrantes de la familia Méndez, dispuestos a continuar con una tradición que los une cada periodo vacacional: su encuentro anual con el mar. No eran visitantes primerizos, se notaba en la familiaridad con la que se movían, descargando casas de campaña, hieleras repletas de provisiones y todos los implementos necesarios para disfrutar al máximo su estancia.

Año tras año, eligen el mismo rincón de la playa, un área tranquila en la zona norte, conocida por su ambiente familiar y la seguridad que ofrece. Es su pequeño paraíso particular, donde los niños corretean libremente, los adultos comparten charlas y risas bajo la sombra de las palapas improvisadas, y el aroma a discada, preparada con maestría por uno de los tíos, se mezcla con la brisa marina. "Es como nuestro segundo hogar", comenta la abuela Méndez, con una sonrisa que refleja la felicidad de tener a toda su familia reunida. "Aquí nos sentimos seguros, la playa es amplia, limpia, y podemos disfrutar de la naturaleza sin preocupaciones".

La historia de los Méndez no es única. Miles de familias, atraídas por la belleza natural y la accesibilidad de Playa Miramar, han elegido este destino como su lugar de esparcimiento durante las vacaciones. El alcalde de Ciudad Madero, Erasmo González Robledo, confirmó la impresionante cifra: más de 400,000 visitantes han llegado a la playa en lo que va de la temporada. Un número que habla por sí solo del atractivo turístico de este rincón tamaulipeco y que se espera siga creciendo en los próximos días.

El constante ir y venir de turistas, las sombrillas multicolores que salpican la arena, el bullicio alegre de los niños jugando en la orilla… Playa Miramar es un hervidero de actividad, un escenario vibrante donde la alegría se contagia. A pesar de la gran afluencia, el alcalde destacó que se mantiene un saldo blanco en incidentes, gracias al operativo de seguridad implementado, con la participación de más de mil elementos de distintas corporaciones, que trabajan en estrecha coordinación para garantizar la tranquilidad de los visitantes. "Nuestro objetivo es que todos disfruten de su estancia sin contratiempos", afirmó González Robledo, haciendo un llamado a la responsabilidad y al respeto de las indicaciones de las autoridades.

Mientras tanto, bajo el cielo azul y el sol radiante, familias como la Méndez continúan escribiendo sus propias historias en la arena de Playa Miramar. Risas, juegos, el murmullo de las olas, el sabor inconfundible de la comida casera… pequeños momentos que se convierten en recuerdos imborrables, reafirmando la vocación turística de este destino, que año tras año se consolida como uno de los favoritos de las familias mexicanas. Un lugar donde la alegría se encuentra con el mar, y donde la tradición de vacacionar en familia se vive con intensidad. Un lugar llamado Playa Miramar.