La tragedia ha teñido de luto las aguas del río Samaria en Nacajuca, Tabasco. Dos hermanos, de tan solo 8 y 15 años, perdieron la vida en un terrible accidente que ha conmocionado a la comunidad. El sol de la tarde del 15 de abril se ocultaba tras el horizonte cuando la tranquilidad de la ranchería Jiménez se vio interrumpida por los gritos desesperados de una madre. Sus dos hijos, que disfrutaban de un baño en las aparentemente calmadas aguas del río, se vieron repentinamente atrapados por la fuerza de la corriente.

Según los testimonios recogidos, uno de los pequeños resbaló y cayó en una zona de mayor profundidad. En un acto de valentía y amor fraternal, su hermano mayor se lanzó al agua para intentar rescatarlo, sin imaginar que el destino les tenía preparada una cruel jugada. La madre, impotente ante la fuerza del río, observó con horror cómo ambos eran arrastrados por la corriente. Su desesperación resonó en los corazones de los presentes, quienes de inmediato se movilizaron para intentar auxiliar a los niños.

Pescadores de la zona, con el conocimiento del río y la urgencia del momento, no dudaron en echar sus embarcaciones al agua, peinando la superficie en una angustiosa búsqueda contra reloj. Cada minuto que pasaba, la esperanza se desvanecía como el sol en el horizonte. La noticia corrió como la pólvora por la ranchería, y la angustia se apoderó de todos los que conocían a la familia.

Desde la capital del estado, Villahermosa, un equipo especializado de buzos del Instituto de Protección Civil de Tabasco se trasladó a Nacajuca para unirse a las labores de rescate. Con equipos de buceo y la experiencia que los caracteriza, se sumergieron en las turbias aguas del Samaria, desafiando la corriente y la escasa visibilidad. Tras horas de intensa búsqueda, lograron recuperar el cuerpo sin vida de uno de los pequeños, una imagen que partió el corazón de todos los presentes.

La noche del 14 de abril, según los reportes preliminares, la búsqueda del segundo hermano continuaba. Las luces de las embarcaciones y las linternas de los rescatistas se reflejaban en la superficie del agua, en una lucha incansable contra la oscuridad y la desesperanza. Las autoridades, con la seriedad que amerita la situación, ya han iniciado las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y brindar apoyo a la desconsolada madre.

Este lamentable suceso nos recuerda la importancia de la precaución al acercarnos a cuerpos de agua, especialmente ríos con corrientes fuertes como el Samaria. Es fundamental respetar la naturaleza y ser conscientes de los peligros que puede entrañar. La solidaridad de la comunidad de Nacajuca se ha hecho patente en estos momentos de dolor, unidos en el duelo y en la esperanza de que se encuentre pronto al pequeño que aún permanece desaparecido. Nuestras condolencias a la familia en estos momentos tan difíciles.