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16 de abril de 2025 a las 07:10
Locura espacial: Emily vs. Katy
La incendiaria crítica de Emily Ratajkowski al vuelo espacial exclusivamente femenino de Blue Origin ha desatado una tormenta de controversia en redes sociales, polarizando la opinión pública y reavivando el debate sobre la ética del turismo espacial. Lo que para algunos representa un hito en la exploración espacial y el empoderamiento femenino, para Ratajkowski se traduce en una "locura apocalíptica" que roza la parodia. La modelo y actriz no ha escatimado en palabras para expresar su indignación, cuestionando la coherencia de una misión que se presenta como un avance para la humanidad mientras es financiada por una empresa acusada de contribuir a la destrucción del planeta.
"¿Que te importa la Madre Tierra y es por la Madre Tierra, y te subes a una nave construida y financiada por una empresa que está destruyendo el planeta por sí sola?", interpeló Ratajkowski a través de sus redes sociales, sembrando la duda sobre las verdaderas motivaciones detrás de la expedición. Sus palabras resonaron con fuerza entre quienes comparten su preocupación por el impacto ambiental de este tipo de iniciativas, generando un aluvión de comentarios que cuestionan la sostenibilidad del turismo espacial en un contexto de crisis climática.
Más allá de la controversia ambiental, la crítica de Ratajkowski también apunta a la desproporcionada inversión de recursos en una misión de apenas 10 minutos de duración. "¿Cuántos recursos se gastaron para poner a estas mujeres en el espacio (…) ¿Para qué? ¿Cuál fue la estrategia de marketing ahí?", se pregunta la modelo, sugiriendo que el vuelo fue más un espectáculo mediático que un auténtico avance científico. Este cuestionamiento abre un debate fundamental sobre las prioridades de la inversión en un mundo plagado de desigualdades y necesidades urgentes. ¿Es justificable destinar sumas astronómicas a la exploración espacial mientras millones de personas carecen de acceso a recursos básicos?
La New Shepard, la nave utilizada en la misión, es un prodigio de la ingeniería aeroespacial, una cápsula presurizada con ventanas panorámicas que ofrece una experiencia única a sus pasajeros. Su diseño completamente reutilizable y su sistema de vuelo autónomo la convierten en una joya de la tecnología espacial. Sin embargo, para Ratajkowski y muchos otros, la belleza de la ingeniería no puede eclipsar el impacto ambiental de su funcionamiento. Expertos señalan que la liberación de partículas como el hollín en la atmósfera superior, producto de la propulsión de la nave, puede tener un efecto de calentamiento significativamente mayor que las emisiones a nivel del suelo.
La polémica desatada por Ratajkowski trasciende la simple crítica a un vuelo espacial. Pone el dedo en la llaga de un debate complejo y multifacético: la ética del turismo espacial, la responsabilidad ambiental de las grandes corporaciones y la distribución de los recursos en un mundo desigual. ¿Es el turismo espacial un lujo que la humanidad no puede permitirse en la actual coyuntura? ¿O es un paso necesario hacia la exploración y colonización del espacio, un seguro de vida para la especie humana? El debate está abierto y las opiniones, como las estrellas en el firmamento, son incontables.
Fuente: El Heraldo de México