
16 de abril de 2025 a las 06:45
Justicia para las víctimas de feminicidio en Iztacalco
La sombra de la impunidad se cierne sobre el caso del feminicida serial de Iztacalco, Miguel N, fallecido el pasado domingo 13 de abril. La noticia de su muerte, lejos de traer consuelo, ha abierto un nuevo capítulo de angustia e incertidumbre para las familias de las víctimas. Unidas en su dolor y en su búsqueda incansable de justicia, han alzado la voz a través de un comunicado conjunto, exigiendo respuestas claras y contundentes a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
El colectivo "Juntas Fuertes", plataforma que se ha convertido en un símbolo de resistencia y sororidad, ha difundido a través de su cuenta de Instagram un desplegado donde expresan su profunda preocupación por el curso de los acontecimientos. Conocedoras del delicado estado de salud física y mental del feminicida, las familias exigen transparencia total en las investigaciones sobre las circunstancias que rodearon su muerte, tanto dentro del reclusorio como durante su estancia en el hospital. La incertidumbre carcome sus esperanzas de justicia, y la falta de información alimenta la sospecha de que la verdad pueda ser ocultada.
La petición de esclarecimiento no se limita únicamente a la causa del fallecimiento de Miguel N. Las familias de Wendoline Belen Ibarra Espino, Frida Sofía Lima Rivera, Amairany Roblero González y Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, víctimas confirmadas e identificadas hasta el momento, claman por una investigación exhaustiva que abarque todos los posibles crímenes cometidos por el feminicida. La sombra de la duda se extiende sobre otros casos de mujeres desaparecidas, y el temor de que Miguel N haya sido responsable de más tragedias aún no reveladas atormenta a la comunidad. Exigen que se explore a fondo cada pista, cada indicio, para que ninguna víctima quede en el olvido y se haga justicia en su nombre.
El compromiso de las autoridades capitalinas, bajo la dirección de Bertha Alcalde Luján, de mantener informadas a las familias sobre los avances de la investigación, se convierte ahora en un imperativo moral. La transparencia no es una concesión, sino un derecho fundamental. Las familias merecen conocer la verdad, por dolorosa que sea, para poder iniciar el largo y difícil proceso de duelo y reconstrucción. La justicia no solo implica el castigo del culpable, sino también el esclarecimiento de los hechos y el reconocimiento del sufrimiento de las víctimas.
La muerte de Miguel N no cierra el caso. Al contrario, abre nuevas interrogantes que deben ser respondidas con prontitud y diligencia. La sociedad, conmovida por la magnitud de estos crímenes, se une al clamor de las familias y exige que se haga justicia. Que la verdad prevalezca y que la memoria de las víctimas sea honrada con un compromiso inquebrantable en la lucha contra la violencia de género. Que este caso sirva como un llamado a la reflexión y a la acción, para construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres de miedo y violencia.
Fuente: El Heraldo de México