La angustia se cierne sobre Coacalco, Estado de México, donde la desaparición de dos adolescentes, Romina y Tabata, ha sembrado la incertidumbre y el temor en la comunidad. Con apenas una semana de diferencia, ambas jóvenes se esfumaron casi del mismo punto, dejando tras de sí un rastro de pistas falsas y una creciente desesperación en sus familias. Lo que inicialmente parecían dos casos aislados, ha tomado un giro siniestro al descubrirse inquietantes similitudes que apuntan a una posible conexión.

La coincidencia geográfica no es el único elemento que une las desapariciones de Romina, de 16 años, y Tabata, de 14. Ambas estudiaban en la misma secundaria y compartían un amigo en común, un personaje enigmático que ha proporcionado información falsa sobre el paradero de las chicas, dirigiendo a las familias a ubicaciones cercanas, a tan solo diez minutos de distancia. Este dato, revelado por Mia Bautista, hermana de Romina, en una conmovedora entrevista con Nacho Lozano, enciende las alarmas y plantea la posibilidad de una trama orquestada.

La manipulación y el engaño se han convertido en armas crueles en este drama. Las madres de las jóvenes han denunciado la intromisión de una persona desconocida en las redes sociales de sus hijas, difundiendo mensajes falsos que buscan desviar la investigación y sembrar la confusión. En el caso de Romina, se publicaron mensajes apócrifos simulando ser su madre, anunciando su muerte y pidiendo que se detuviera la búsqueda. Una táctica perversa que solo ha intensificado el dolor y la angustia de la familia.

La Fiscalía del Estado de México ha emitido las fichas de búsqueda de ambas adolescentes, detallando sus características físicas y la ropa que vestían el día de su desaparición. Romina, con su cicatriz de quemadura en el pie derecho y su perforación en el ombligo, vestía tenis azul cielo con blanco, playera gris y pants negros con una calcomanía de Kuromi. Tabata, por su parte, llevaba su uniforme escolar: sudadera blanca, blusa blanca, falda a cuadros mostaza con azul marino y zapatos negros. Cada detalle, cada prenda, se convierte en una pieza clave en el rompecabezas de su desaparición.

La incertidumbre se agudiza con el paso de los días. ¿Se trata de un secuestro? ¿De una fuga orquestada? ¿O hay algo más siniestro detrás de estas desapariciones? La comunidad de Coacalco se mantiene en vilo, unida por la esperanza de que Romina y Tabata regresen sanas y salvas a sus hogares. Las redes sociales se han convertido en un hervidero de mensajes de apoyo, compartiendo las fichas de búsqueda y exigiendo a las autoridades que intensifiquen los esfuerzos para encontrarlas.

Mientras tanto, las familias de Romina y Tabata se aferran a la esperanza, recorriendo hospitales, calles y cualquier lugar donde pueda haber una pista que las conduzca a sus hijas. Cada minuto que pasa es una daga en sus corazones, una lucha contra el tiempo y la desesperación. La pregunta que resuena en Coacalco es: ¿dónde están Romina y Tabata?