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16 de abril de 2025 a las 04:45

El Cártel de la Paca: Moda y lavado de dinero.

La sombra del narcotráfico se extiende más allá de las armas y las drogas, infiltrándose en los rincones más insospechados de la economía. El reciente anuncio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, sancionando a miembros clave de La Nueva Familia Michoacana (LNFM), revela una intrincada red de lavado de dinero que utiliza un negocio aparentemente inofensivo: la venta de ropa de paca. Imaginen la ironía: prendas que han vivido una vida anterior en armarios estadounidenses, ahora sirven para ocultar las fortunas ilícitas de un cártel mexicano.

Este esquema, orquestado por Adita Hurtado Olascoaga, hermana de los líderes del cártel, expone la astucia y la diversificación de las operaciones criminales. La ropa usada, comprada en Estados Unidos y transportada a México, se convierte en una herramienta para blanquear el dinero del narcotráfico. Un ciclo perverso donde la necesidad de algunos de vestir a bajo costo se entrelaza con la opulencia criminal. Las ganancias, aparentemente legítimas, fluyen de regreso al cártel, ocultando su origen manchado de sangre y violencia.

Pero la trama va más allá. Adita Hurtado no solo lava dinero, sino que también trafica armas desde Estados Unidos hacia México, alimentando el arsenal de la LNFM en su guerra contra cárteles rivales. Una doble vida tejida entre hilos de algodón y acero, donde el comercio se convierte en una fachada para la violencia. Este descubrimiento pone de manifiesto la complejidad de la lucha contra el narcotráfico, que exige una vigilancia constante y una estrategia que vaya más allá de la persecución de las drogas.

Las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro son un golpe certero a las finanzas de la LNFM, congelando activos y prohibiendo transacciones. Sin embargo, la batalla está lejos de terminar. La recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que lleve a la captura de Johnny Hurtado Olascoaga, y de 3 millones por José Alfredo, es un llamado a la colaboración ciudadana, una pieza clave para desmantelar estas organizaciones criminales.

La lucha contra el narcotráfico es una carrera contra el tiempo, una lucha constante contra la innovación criminal. La LNFM, al utilizar la venta de ropa usada como tapadera, demuestra su capacidad de adaptación y su habilidad para infiltrarse en la economía legal. Este caso nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad del sistema y la necesidad de fortalecer los mecanismos de control para evitar que el dinero sucio se camufle entre las transacciones cotidianas. ¿Cuántos otros negocios aparentemente legítimos estarán sirviendo como fachada para el crimen organizado? La pregunta queda en el aire, como una sombra inquietante que nos recuerda la magnitud del desafío. El compromiso de las autoridades, la cooperación internacional y la participación ciudadana son las armas más poderosas en esta guerra silenciosa que se libra en las calles, en las fronteras y, ahora, también en los armarios.

Fuente: El Heraldo de México